BUENOS AIRES, DIC 29 (ANP)- Los victorianos fueron considerados a lo largo de la historia como el símbolo de la hipocresía moral. Estos miembros de las clases aristocráticas inglesas de fines del siglo XIX brindaban una imagen de extrema pulcritud en su vida privada, pero en la intimidad, eran bastante libertinos. Ellos sabían que tenían una responsabilidad como clase dirigente del Imperio Británico de cara a su pueblo, a quienes trataban de modo paternal. No querían escandalizar a los pobres con su «mal ejemplo». Esa es mas o menos una explicación de los victorianos.

Las clases dirigentes argentinas, en cambio, tienen cero de victorianismo. No solo no se cuidan en las formas, sino que incluso, hasta suele victimizarse inventando conceptos como «law fare» y asumirse como «perseguidos políticos»

El intendente de Villa María Córdoba, Martín Gill, se puede ubicar como un «leading case» sobre la nada que le importa a la clase dirigente argentina el destino de los ciudadanos. Ganó las elecciones en su pueblo hace dos años pero nunca administró los destinos de su ciudad. Desde ese momento, viene pidiendo licencias cada seis meses para ocupar el cargo de secretario de Obras Públicas de la Nación.

Ahora, Gill tuvo que renunciar. Los concejales de su propio partido, El Frente de Todos, le dijeron basta. «Si no bajás a laburar te quedás sin el conchabo», le advirtieron. Así es que volvió a ocupar el cargo para el que fue elegido por los vecinos de su comuna. a quienes le dio la espalda. Hablaba Gill por Cadena 3 de Córdoba hace unos días y se denota en su forma de hablar lo chanta que es.  Es parecido al personaje de Luis Brandoni en «El Verso» de 1995, un vendedor ambulante bastante embaucador. Una célebre escena de la película en la que el amigo encarnado por Hugo Arana le termina reclamando: «Vos me debés plata», a lo que el vendedor le responde. «entre amigos no hay deudas».

Martín Gill suena a eso. Al hablar pareciera que es un dirigente al que le han pasado las cosas, sin remedio, y que todos debemos comprenderlo. Gill tenía apuntados otros conchabos publicos, en caso de que algo fallara. También fue candidato a Diputado Nacional por su provincia, pero renunció a la banca para la que fue elegido.

Los tipos en la suya

No menos vergonzosa resultan los cambios que se buscan hacer a la ley de la provincia de Buenos Aires que prohíbe a los intendentes volver a elegirse. Cuando se sancionó durante el gobierno de María Eugenia Vidal, se había dado un plazo para la entrada en vigencia, de modo que ninguno pudiera decir que le cayó de un día para otro.

Salieron a buscar algunos vericuetos legales. El intendente de Vicente López, Jorge Macri (Juntos por el Cambio) pidió una licencia para integrarse al gabinete de la Ciudad de Buenos Aires de Horacio Rodríguez Larreta. Se supone que así evitaría el requisito de no ejercer el cargo… No es el único.

No quedando otra, ahora tratan de cambiar la ley,,,por lo menos, por esta vez…que empiece a regir para los demás, no para nosotros, en 2027.

Mientras la gente no puede hacer frente a la inflación del 50%, la pobreza, la inseguridad, la falta de empleo,,,los dirigentes tratan primero de acomodar sus conchabos particulares. Es de esperar entonces que sigan creciendo en las encuestas delirantes e ignorantes como Javier Milei y la banda de «libertarios» a quienes la única libertad que importa es la económica.