BUENOS AIRES, OCT 26 (ANP) – La pandemia de coronavirus profundizó la tendencia presente en la economía argentina de reemplazar con empleo público la pérdida de puestos en el sector privado. Un informe de la Fundación Libertad y Progreso señala que durante el período de restricciones cayeron 89.247 puestos en las empresas y se crearon 86.025 en el Estado.
«Desde diciembre del 2017, el empleo público creció en 131.805 puestos, mientras que se perdieron 385.042 empleos privados. Si bien el primero aumentó su planta casi a la par de la caída del segundo, no logró recuperar los empleos perdidos. En porcentaje, el privado cayó 6,1% en simultáneo al crecimiento del 4,2% del público. En términos interanuales, al observar la serie con estacionalidad, puede notarse que el empleo público creció un 3,1% este año, la mayor suba interanual desde junio del 2016», señaló LyP, en un informe.
Diego Piccardo, economista en la Fundación Libertad y Progreso, indicó que los gobiernos fueron decisivos en este detrimento: “Los datos muestran que, a la hora de enfrentar una crisis, es el sector privado el que termina realizando el ajuste mientras que el sector público sigue contratando trabajadores”. Además, el analista hizo foco en los últimos dos años y explicó que “si para enfrentar una crisis como la del 2018 o la del COVID-19, el Estado contrata más trabajadores financiado mediante mayores impuestos o inflación, el sector privado se va a terminar asfixiando cada vez más como consecuencia de esta enorme presión tributaria”.
Piccardo señala que la prohibición de despedir es similar al cepo cambiario: “como sucede con la entrada de dólares, que un cepo desincentiva la entrada de divisas, cuando se impone un cepo para despedir empleados, se desincentiva contratar nuevos trabajadores”. Y agrega que “a pesar de la fuerte recuperación económica, la cantidad de empleo productivo está lejos de los momentos previos a la pandemia; ya que nadie sabe cuándo va a volverse a caer la demanda de sus productos y no quieren encontrarse con una nómina salarial que no puedan reducir”.
Otro factor a tener en cuenta es la regulación laboral y la industria del juicio, que generan altos costos tanto para las Pymes como para grandes empresas, y deben medirse a la hora de contratar trabajadores.
Aldo Abram director ejecutivo en Libertad y Progreso propone disminuir la carga impositiva sobre el salario; pero también reformar la legislación laboral que hace sumamente riesgoso tomar un trabajador. Ambas cosas permiten bajar el costo extra salarial y por ende, incentivar la creación de puestos productivos sin afectar los ingresos del empleado.
Argentina debe insertarse en un círculo virtuoso de crecimiento, creación de empleo, mejoras salariales y estabilidad macroeconómica; y salir del círculo vicioso de estancamiento, déficit fiscal e inflación en el que se encuentra actualmente. Para volver a retomar el camino de la creación de empleo privado, es necesario que crezca la inversión productiva. A mayor inversión, se incorpora más y mejor tecnología, que mejora la productividad de los trabajadores y, por ende, se crea más empleo y los salarios reales suben.