BUENOS AIRES (ANP) Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires percibieron en el primer semestre transferencias totales (automáticas y no automáticas) por un total de $18.346.209 millones, con un incremento nominal del 206,8% respecto del mismo período de 2023 que, al ser inferior a la inflación acumulada, representó una caída del 18,7% en términos reales, según el informe dado a conocer hoy por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

La evolución de las transferencias mostró una caída de 12,2% en las automáticas (Coparticipación Federal, leyes especiales y compensaciones por el Consenso Fiscal) y del 87,1% en las discrecionales o no automáticas (FONID, ATN y otros), pero la comparación porcentual es inversa a la caída en valores absolutos, ya que el grueso de las pérdidas en los 24 distritos pasó por la primera de las variables.

La desagregación por jurisdicción deja en evidencia las idas y vueltas que tuvieron y siguen teniendo las transferencias nacionales desde la sanción de la ley de Coparticipación Federal de Impuestos en enero de 1988, en un contexto signado por la situación política de entonces.

Las deliberaciones previas a la sanción de la ley 23.548 se dieron en el marco de una importante derrota electoral del radicalismo (por entonces el oficialismo nacional, con el presidente Raúl Alfonsín) y un justicialismo que luego de las victorias legislativas y de gobernadores del 6 de septiembre de 1987 se perfilaba como el seguro ganador para las elecciones presidenciales de 1989.

Los precandidatos del PJ para la compulsa que consagraría al sucesor de Alfonsín eran, al mismo tiempo, gobernadores provinciales: Antonio Cafiero (Buenos Aires) y Carlos Menem (La Rioja). De acuerdo con los testimonios de varios participantes de esas discusiones, ambos dirigentes buscaron ganarse el apoyo de sus pares de otras provincias para la interna que se iba a llevar a cabo en julio de 1988, para lo cual concedieron parte de la coparticipación que les correspondía en favor de otros distritos.

La compensación se logró luego de la asunción de Menem, a través de dos mecanismos: La Rioja fue por lejos la provincia más beneficiada en el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional y a los bonaerenses se les otorgó el Fondo del Conurbano. Los recursos obtenidos en ambos casos fueron más que suficientes para equilibrar sus cuentas, pero en los gobiernos que sucedieron a Menem hubo cambios en las relaciones de fuerzas que minimizaron sus efectos.

En la Presidencia de Alberto Fernández, esas «reparaciones» se renovaron por medio de una serie de transferencias discrecionales, que llevaron a ambas provincias a estar entre las más favorecidas. Pero tras la asunción de Javier Milei, el drástico recorte realizado en ese rubro las tuvo como blancos principales.

Por tal razón, Buenos Aires y La Rioja aparecen en el listado de la OPC como los distritos con mayores caídas reales en las transferencias recibidas, con recortes interanuales del 24,9% y 23,7%, respectivamente. No obstante, ninguna jurisdicción puede arrogarse la condición de privilegiada, ya que las caídas se dieron en todos los casos.

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Por NP