BUENOS AIRES (ANP).- La mayor incógnita de la transición siria es el papel que cumplirá el líder del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Abu Mohammed al-Golani, un ex dirigente de Al Qaeda reconvertido en el principal comandante de las fuerzas que derrocaron a Bachar al Assad.

De un día para otro, al-Golani, llamado ahora Ahmed al-Shara, de 42 años, cambió su ropa de guerrillero y se puso un traje para ser entrevistado por la prensa. Sus lazos con Al Qaeda se remontan a 2003 cuando se unió a las fuerzas sunnitas que combatían a las tropas estadounidenses en Irak. El grupo HTS se creó recién en 2017 al fusionarse con otros cuatro grupos sirios.

Por eso, más allá de las declaraciones de que habrá una transición pacífica, aún no hay claridad en Siria luego de la caída del dictador al Assad (2000-2024), cuyo padre Hafez tomó el poder mediante un golpe militar durante la década de 1970, instaurando una dinastía que gobernó durante más de medio siglo a este país estratégico de Medio Oriente.

Aunque el HTS asegura que rompió con el yihadismo, y que gobernara hasta el fin de la transición, prevista para el primero de marzo, la ex rama siria de Al Qaeda, sigue siendo considerada una organización “terrorista” por Estados Unidos, las Naciones Unidas, la Unión Europea y otros países.

“La caída del gobierno de al Assad tomó por sorpresa a todos. Esta nueva situación genera muchos interrogantes”, dijo Paulo Botta, director de la oficina de TRENDS Research & Advisory en Argentina, una organización que analiza las transformaciones políticas, económicas y sociales.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, el analista opinó: “En primer lugar hay que ver si el HTS va a ser todo lo sensato que ha dicho o si, por el contrario, va a llevar adelante una agenda como la de los Talibanes en Afganistán -el ejemplo más cercano que tenemos-, que entraron en Kabul y plantearan una política moderada, aunque luego nada de eso se concretó en la realidad”.

Poco después de que tomaran el poder de Afganistán, el 15 de agosto de 2021, los talibanes prohibieron que las niñas mayores de doce años fueran a la escuela, así como que las mujeres concurrieran a la universidad, entre otras polémicas medidas.

“Si el HTS trata de imponer su agenda va ser más difícil, porque las distintas facciones de Siria están armadas y tienen experiencia militar. Por lo tanto, una imposición lisa y llana no parece real. En segundo lugar, la pregunta es cuál va a ser el sistema político que va a regir en Siria”, señaló Botta.
Para este académico, “está claro que después de generar durante más de una década bolsones de autonomía, como el caso más paradigmático de los kurdos, al este del río Éufrates, no se puede volver a un estado centralizado. Por eso, la estructura del futuro estado sirio, es un tema central”.

“La otra pregunta, de carácter político, es si la comunidad internacional va a reconocer esta nueva situación o si va a tratar de aislar a Siria”, señaló el analista.
Preocupado por la caída de su antiguo socio, el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Jamenei, culpó a Estados Unidos e Israel de planear durante meses el derrocamiento de al Assad, con la ayuda de otro país, probablemente Turquía.

En medio de este panorama, que se suma a la guerra de Gaza y al reciente cese el fuego pactado entre Israel y el grupo pro iraní, Hezbollah en el Líbano, el presidente electo Donald Trump, que asumirá el 20 de enero, afirmó: “Estados Unidos no debería hacer nada (en Siria). Esta no es nuestra pelea. Deja que se desarrolle. No te involucres”, escribió en la red social X.
Otro jugador importante en esta crisis es Israel, país que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos continúa atacando el arsenal militar que acumuló al Assad durante su gobierno.

Israel, por otra parte, teme que la caída del dictador sirio impulse a Irán a construir una bomba nuclear, informó el diario Haaretz. El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, advirtió recientemente que Teherán incrementó su producción de uranio enriquecido en un promedio del 60%, solo debajo del nivel de pureza necesario para construir un arma nuclear.

De acuerdo al medio israelí, cuyo director Amos Schocken acusó al gobierno de Benjamin Netanyahu de imponer un régimen de “apartheid” a los palestinos, Teherán se encuentra debilitado después que la FDI destruyera la mayoría de las baterías de defensa iraní en octubre.

“En la relación del nuevo gobierno sirio con sus vecinos, aparecen otras dos potencias, Rusia e Irán, que han perdido cosas muy concretas. Teherán ha puesto mucho dinero en Damasco y Moscú tiene dos bases en Siria; y seguramente habrá muchas negociones para que sigan estando en el país”, dijo el analista Botta.

Rusia controla aún la base naval en Tartús, en el mar Mediterráneo, producto de la buena relación de Siria con la desaparecida Unión Soviética, y una base aérea en la provincia de Latakia, en el noroeste del país, desde 2015.

Por NP