BUENOS AIRES (ANP ),.- Sobre el frágil escenario de exiguas reservas, atraso cambiario, incentivos a no liquidar y exceso de oferta de pesos se montó el veloz agravamiento de la situación económica por el impacto de la sequía, advirtió Ecolatina.
La consultora difundió hoy un análisis sobre “El ‘plan Massa’: orientación, objetivos y debilidades de base” del cual advierte que, partiendo de fuertes restricciones descriptas anteriormente, y promoviendo un mayor alineamiento de las variables nominales (inflación, tasa de interés y ritmo de devaluación), “se ha venido desplegando un programa de contención” pero “no de estabilización ni antiinflacionario”.
El principal propósito de “El Plan Massa” es “evitar un escenario disruptivo (crisis) asociado a un salto discreto y desordenado del tipo de cambio oficial que genere una espiralización inflacionaria y una contracción aguda de la actividad económica”.
Todo esto, “en el marco de una compleja situación social, (y) con el fin último de sostener la competitividad electoral del oficialismo de cara a las elecciones”.
El “plan Massa” se apoya en cuatro principales pilares:
(I) – Ajuste fiscal, buscando cumplir la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de reducción de déficit primario, a fin de minimizar la asistencia monetaria directa (BCRA) y evitar turbulencias en el mercado de deuda en pesos, donde los pesos “atrapados en el cepo” se orienta al financiamiento del déficit y donde los límites que impone el programa financiero restringen los desvíos expansivos.
(II) – Ajuste monetario, buscando colocar las tasas de interés reales en terreno positivo, contener la creación primaria de dinero (emisión directa vía Adelantos del BCRA) y absorber la liquidez excedente vía pasivos remunerados, a fin de mantener controlada la (elevada) brecha cambiaria, robustecer la captación necesaria de fondos y evitar mayores presiones sobre los precios;
(III) Administrar un ‘crawling peg’ más alineado con la inflación como estrategia para limitar el atraso cambiario, contener la brecha y no convalidar una devaluación abrupta, siendo crucial la recomposición del stock de reservas.
(IV) Acuerdos de precios, bajo el paraguas de “Precios Justos”, procurando moderar la inercia inflacionaria, y anclar las expectativas.
Ahora, sin financiamiento internacional para suavizar la caída de US$ 20.000 millones en exportaciones “y por primera vez desde 2018, este año el financiamiento neto con el FMI es negativo en cerca de US$ 4.900 millones de importaciones”.
La falta de esos US$ 20.000 millones “genera múltiples y simultáneos impactos sobre el frente externo y fiscal y sobre la actividad y los precios, tensionando fuertemente las distintas ´patas´y objetivos del plan y llevando a una recalibración global de las proyecciones y del acuerdo con el FMI”.
BUENOS AIRES (ANP ),.- Sobre el frágil escenario de exiguas reservas, atraso cambiario, incentivos a no liquidar y exceso de oferta de pesos se montó el veloz agravamiento de la situación económica por el impacto de la sequía, advirtió Ecolatina.
La consultora difundió hoy un análisis sobre “El ‘plan Massa’: orientación, objetivos y debilidades de base” del cual advierte que, partiendo de fuertes restricciones descriptas anteriormente, y promoviendo un mayor alineamiento de las variables nominales (inflación, tasa de interés y ritmo de devaluación), “se ha venido desplegando un programa de contención” pero “no de estabilización ni antiinflacionario”.
El principal propósito de “El Plan Massa” es “evitar un escenario disruptivo (crisis) asociado a un salto discreto y desordenado del tipo de cambio oficial que genere una espiralización inflacionaria y una contracción aguda de la actividad económica”.
Todo esto, “en el marco de una compleja situación social, (y) con el fin último de sostener la competitividad electoral del oficialismo de cara a las elecciones”.
El “plan Massa” se apoya en cuatro principales pilares:
(I) – Ajuste fiscal, buscando cumplir la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de reducción de déficit primario, a fin de minimizar la asistencia monetaria directa (BCRA) y evitar turbulencias en el mercado de deuda en pesos, donde los pesos “atrapados en el cepo” se orienta al financiamiento del déficit y donde los límites que impone el programa financiero restringen los desvíos expansivos.
(II) – Ajuste monetario, buscando colocar las tasas de interés reales en terreno positivo, contener la creación primaria de dinero (emisión directa vía Adelantos del BCRA) y absorber la liquidez excedente vía pasivos remunerados, a fin de mantener controlada la (elevada) brecha cambiaria, robustecer la captación necesaria de fondos y evitar mayores presiones sobre los precios;
(III) Administrar un ‘crawling peg’ más alineado con la inflación como estrategia para limitar el atraso cambiario, contener la brecha y no convalidar una devaluación abrupta, siendo crucial la recomposición del stock de reservas.
(IV) Acuerdos de precios, bajo el paraguas de “Precios Justos”, procurando moderar la inercia inflacionaria, y anclar las expectativas.
Ahora, sin financiamiento internacional para suavizar la caída de US$ 20.000 millones en exportaciones “y por primera vez desde 2018, este año el financiamiento neto con el FMI es negativo en cerca de US$ 4.900 millones de importaciones”.
La falta de esos US$ 20.000 millones “genera múltiples y simultáneos impactos sobre el frente externo y fiscal y sobre la actividad y los precios, tensionando fuertemente las distintas ´patas´y objetivos del plan y llevando a una recalibración global de las proyecciones y del acuerdo con el FMI”.