BUENOS AIRES (ANP) La industria de la transformación mecánica de la madera atraviesa una caída en tanto en producción como en incremento de costos, que afecta a «todos los sectores de la cadena», sostuvieron en la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).

La caída en la actividad abarca tanto a los aserraderos como la fabricación de muebles, la industria de tableros y la construcción y carpintería de obra, en un contexto en el que la menor producción se agrava por un aumento promedio del 500% de los costos productivos y, además, la versión de una posible eliminación de reglamentos técnicos que FAIMA considera esenciales para respaldar requisitos mínimos de calidad y seguridad.

La entidad indicó que la actividad «está atravesando una recesión severa que afecta a todos los sectores de la cadena, desde los aserraderos hasta la construcción con madera», con caídas en la producción, altos costos productivos y disminución en el empleo que considera que «son problemas comunes que deben ser abordados con urgencia para evitar un mayor deterioro del sector».

«Es crucial implementar políticas que promuevan la reactivación económica, faciliten el acceso al financiamiento y mejoren las condiciones de competitividad de las empresas, especialmente las PYMES, que son fundamentales para las economías regionales y el empleo local», añadió.

Para ello, la Federación espera «poder trabajar mancomunadamente con el sector público para buscar soluciones que posibiliten la continuidad económica de las empresas del sector, con su consecuente impacto positivo sobre el empleo y la actividad económica».

«Nuestro sector emplea a 60.000 personas de forma directa y a un número similar de forma indirecta, por lo que su estabilidad y crecimiento son esenciales para el bienestar de nuestras comunidades», completó.

La industria de la primera transformación, representada por aserraderos,  tuvo una caída interanual del 20% según datos oficiales a mayo, aunque en el caso de los aserraderos pequeños y medianos los descensos alcanzan al 40%.

FAIMA precisó que «el sector de aserraderos orientado a las exportaciones mostró un comportamiento auspicioso a principios del presente año, pero no ha logrado sostenerse debido al atraso cambiario producto de la estabilidad cambiaria y la inflación doméstica» y que «las caídas en el nivel de producción han llevado a una reducción en los turnos de trabajo, disminuyendo el nivel de horas trabajadas en un 20%, con el consiguiente impacto en los salarios percibidos por los trabajadores».

Asimismo, el impacto de la recesión en las empresas vinculadas a la fabricación de muebles se tradujo en una disminución de la producción del sector del 37% interanual, según el INDEC, con bajas en Pymes que llegan en algunos casos al 60%.

«Estas caídas han afectado no solo el nivel de utilización de las plantas, sino también la cantidad de turnos trabajados y, en algunos casos, el nivel de empleo. Muchas de estas empresas se localizan en pueblos del interior del país, donde son las principales generadoras de empleo local, lo que destaca la importancia de su viabilidad productiva para las economías regionales», subrayó.

En cuanto a los tableros utilizados en la industria mueblera han visto una menor demanda (como insumo productivo) debido a la caída en el nivel de producción de muebles, lo que impacta directamente en este eslabón de la cadena industrial.

Los tableros vinculados a la construcción (contrachapados) han experimentado una disminución en su nivel de actividad debido a las caídas en la industria constructiva, que ha sufrido una reducción del 22% interanual (junio 2024/junio 2023) según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE).

La actividad de la construcción con madera y la carpintería en obra ha presentado caídas promedio del 30%, impulsadas por la mencionada disminución en la actividad principal de la construcción.

Por su parte, FAIMA advirtió que «todos los sectores comparten la problemática del aumento significativo en los costos productivos, tanto por el incremento en los insumos como por el costo de los servicios públicos, que han aumentado en promedio un 500%», un incremento difícil de trasladar a precios en el contexto recesivo actual, lo que ha afectado gravemente la rentabilidad de toda la cadena.

Pero la Federación destacó que a ese escenario «se suma el programa previsto de eliminación de los reglamentos técnicos que deben cumplir los bienes vinculados a los sectores de construcción, madera y muebles», que son «esenciales para asegurar la calidad y seguridad de los productos elegidos por los consumidores» y que «garantizan que los muebles cumplan con medidas de seguridad que previenen accidentes domésticos con potencial riesgo para las personas».

«En el caso de los productos de construcción, estas normativas establecen cualidades vitales para asegurar la idoneidad estructural y la calidad de los materiales utilizados», puntualizó, para finalizar manifestando la preocupación de su eventual eliminación, «ya que podría permitir la entrada de productos importados de calidad inferior, que no cumplan con las normativas necesarias para evitar accidentes potencialmente nocivos para los usuarios».

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Por NP