La primera medida que tendría en estudio el ministro de Economía, Sergio Massa, para empezar a recuperar la confianza del sector agropecuarios sería la liberación de las exportaciones de carne. En el gobierno no quieren que lo llamen de ese modo. Tal vez, la semántica kirchnerista admita el término “agilización” de las exportaciones.

Este tal vez sea uno de los primeros resultados que podrá mostrar la Mesa de Enlace ante los chacareros autoconvocados, tras la reunión que mantuvo con Massa en Escobar. Desde el Palacio de Hacienda se evitó informar sobre el encuentro, para evitar así una foto que se pudiera interpretar como una rendición ante el sector.

La cuestión es que para Massa y el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, abrir las exportaciones de carne podría resultar lo más sencillo y menos costoso, según evalúan en el Palacio de Hacienda y entre los dirigentes del campo. Actualmente hay restricciones para vender al exterior los denominados “cortes parrilleros” que son los que más se consumen internamente. La medida no hizo otra cosa que provocar una caída de la faena y un aumento de precios internos. Fueron muchas reuniones que tuvo Matías Lestani, un técnico que Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que estuvo 7 meses como secretario de Agricultura de Julián Domínguez, con Roberto Feletti, el ex secretario de Comercio Interior, para explicarle que el desacople de precio “no existe”. Decenas de gráficos y planillas excel le presentaron al ex funcionario kirchnerista para demostrarle que el aumento de retenciones es inutil. Aún así, salió de la función pública sin dar el brazo a torcer.

El ambiente con Massa puede cambiar. Los dirigentes de la Mesa coinciden en que el diálogo resulta cordial, que los nuevos funcionarios toman nota de cada pedido y que comprenden técnicamente al sector. Bahillo tuvo que guardarse sus reclamos para que los ruralistas dijeran en qué partido militan.

La segunda cuestión es que los fideicomisos que inventó Feletti para “desacoplar” también están en el ojo de la Mesa. Le dijeron a Massa que hay que desactivarlos. Tampoco han servido para contener precios. Tal vez demoren más en salir.

Lo que pudo negociar Massa es no desandar la política agropecuaria que vino mostrando hasta acá el presidente de Alberto Fernández, de un solo tramo. Irán desactivando de a una por vez. Tal vez, para no quedar tan expuesto que al final el gobierno tuvo que rendirse ante una realidad y es que los productores no liquidan sus granos porque hay una brecha enorme entre el dólar oficial y las versiones libres. Es ridículo lo que les propuso Miguel Pesce, el presidente del Banco Central:que un productor se deshaga de sus granos y meta pesos en el banco. En esa reunión quedó claro que el “dólar soja” tiene las horas contadas. O mejor dicho, no va a ser necesario ni que lo deroguen porque es un total fracaso. 

Impresentable es para Alberto Fernández, quien hablaba de “especuladores” que tenían u$s20.000 millones retenidos mientras los argentinos se van desangrando por la inflación, sostener ahora la nueva lógica de Massa.

Por una cuestión de política interna, el nuevo ministro de Economía no va a tirar paquetazos de medidas para el campo. Va a ir de a poco tirando algunos beneficios y tratará de estirar lo máximo posible.

Los dirigentes de la Mesa, por su lado, se fueron de la reunión “secreta” de Escobar a la espera de “hechos concretos”. No van a darle ni “un tranco de pollo” de ventaja al ministro de Economía.