Marzo fue un escalón más en la tendencia ascendente de la inflación y llegó al 7,3%, el porcentaje más alto de los últimos ocho meses, de acuerdo con las estimaciones de la Fundación Libertad y Progreso (LyP).
De esta forma, hubo una aceleración de 0,7 punto porcentual respecto al 6,6% de febrero y, en consecuencia, en el primer trimestre del año la inflación acumulada es de 21,3% y la variación interanual trepa al 103,5%, un punto porcentual más que la del mes previo.
«Con los valores de este mes, se alcanzaría la segunda mayor variación mensual del gobierno de Alberto Fernández (la más alta fue de 7,4% en julio del 2022) y la inflación interanual más alta desde septiembre de 1991 (115%)», puntualizó la entidad.
El dato de marzo estuvo marcado fuertemente por el componente estacional, que se origina por el comienzo del ciclo lectivo y el fin del período de vacaciones, como también por los aumentos que hubo en el precio de los bienes y servicios regulados.
Los 12 rubros del índice mostraron aumentos mensuales, siendo los más grandes el de “Educación”, 16,7%, con una incidencia de 0,5 punto en el nivel general; “Transporte y combustibles” (13,5% y 1,6 p.p.) y “Bienes y servicios varios” (8,3% y 0,3 p.p.).
Por su parte, “Alimentos y Bebidas no alcohólicas” presentó un aumento de 7,5% y una incidencia de 1,8p.p.
“La aceleración inflacionaria en el mes de marzo era algo que se venía anticipando. Sin embargo, volver a quebrar la barrera del 7% de inflación mensual es un nuevo golpe sobre los salarios en términos generales, pero especialmente para los trabajadores del sector informal», señaló Eugenio Marí, economista jefe de LyP, quien recordó que «en 2022 la inflación fue 94,8% y los salarios privados no registrados aumentaron 65,4%”.
Marí agregó que, “desde el punto de vista del financiamiento del Estado, la aceleración inflacionaria presionará aún más a la baja a la demanda de dinero. Esto restringirá aún más la capacidad de emitir moneda para financiar el gasto”.