Buenos Aires, feb 2 (ANP)  – El título en inglés es The Dig, que significa lo mismo que en español. Uno puede pensar que esta película trata de la historia de una hallazgo arqueológico. Es cierto, trata de eso, pero la cuestión científica no es lo más importante.

Es como una excusa del director Simon Stone, para hacer interactuar una serie de personajes, con problemas humanos tan vigentes en 1939, cuando se desarrolla la acción, como ahora.
Una viuda de un coronel inglés (Carey Mulligan) contrata a un arqueólogo llamado Basil Brown (Ralph Fiennes) para que excave en unos raros montículos de tierra que hay en la finca. Se sabía que en los campos ingleses quedaban numerosos testimonios de su pasado bajo dominio romano, de los anglosajones y de los vikingos.  No era de extrañar que esos montículos pudieran esconder algo

Esto ocurre en semanas previas al inicio de la Segunda Guerra, por lo cual hay que apurar los trabajos. La radio que se escucha de fondo en diferentes escenas relatando la invasión nazi a Polonia y la declaración de guerra a Alemania.

Entonces el relato empieza a mostrar las circunstancias de cada personaje que se relaciona con esa excavación. La estrecha relación que entabla el arqueólogo con el hijo de la viuda, un niño de apenas unos 10 años que solo piensa en naves espaciales

La de una pareja de recién casados, en la que ella empieza a descubrir algunos problemas con su esposo, la enfermedad de la viuda y la fortaleza del niño y la contención que brinda el arqueólogo junto con su esposa…en una relación casi de hermandad con ella. Es un drama,,,pero en justa medida cada cosa….el que es flojo, tenga un pañuelo a mano.

La virtud del director es que con tantos problemas en el medio, no cae en la tentación del golpe bajo, donde se corre el riesgo de hacer un culebrón latino. Para nada, a estos personajes se les permite sufrir como haría cualquiera puesto en la misma circunstancia, pero no se ven cataratas de lágrimas.

La música de Stefan Gregory está acertada mientras que la fotografía de Mike Eley es muy buena.

La película es inglesa, producida por BBC Films, Clerkenwell Films, Magnolia Mae Films, y Netflix