BUENOS AIRES (ANP).- En el libro “La Banalidad del mal”, su autora, la filósofa alemana Hannah Arendt, describió cómo un grupo de burócratas, sin mayores pretensiones – ni reparos morales – pudieron llevar adelante las órdenes de exterminio que les impartieron los jerarcas nazis en los campos de concentración.
“La banalidad” apunta a no reflexionar sobre la crueldad de los hechos que se llevan adelante. Solo se cumplen órdenes o se realizan “procedimientos”, pero sin tener en cuenta los actores ni sus resultados.
Algo de eso le debe haber sucedido a la Diputada Nacional por La Libertad Avanza, Lourdes Arrieta, quien semanas atrás fue a la cárcel de Ezeiza a visitar a represores detenidos por crímenes de lesa humanidad.
«Nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran», dijo la legisladora como explicación de su participación en ese hecho.
Quien esto escribe no va a decir si está bien o está mal visitar al asesino Alfredo Astiz, o algún otro. Solo puede decir que un legislador nacional no debe ignorar lo que ocurrió en el pasado reciente (menos de 50 años) y a partir de eso excusarse por sus actos.
Es más, la diputada, en declaraciones al portal MDZ, y reproducido en distintos medios, aseguró que: “Estuve (en el penal de Ezeiza) y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras y no tenía ni idea”.
Para remate de su ¿ingenuidad? Arrieta aseguró que “Fue una reunión (a la) que fuimos engañados un grupo de diputados. No puedo decir si todos lo sabían o no, pero en el caso de la diputada (Rocio) Bonacci y como yo, empezamos a hablar de este tema porque en un momento teníamos angustia y entramos en un estado de shock. Y en este tiempo me envalentoné y decidí salir a contar lo que fue”.
Es decir, una Diputada de la Nación fue llevada “engañada” por otros legisladores de su propio partido a ver a un grupo de presos, en este caso integrantes de la última dictadura militar, pero tampoco sabía quiénes eran.
¿Qué pasó durante todo el trayecto en el auto que los condujo hasta el penal de Ezeiza?¿De qué hablaron?¿Y al regreso?. Recién ahora “entro en shock” y decidió salir a hablar para decir, en otras palabras, que ella no sabía nada y la llevaron engañada.