Buenos Aires, (ANP) – Un informe del IERAL, la escuela de negocios de la fundación Mediterránea, señala que si bien ante la presente crisis financiera volvieron «los cantos de sirena de la dolarización», la Argentina no cuenta con las condiciones que requiere una economía para entrar en una unión monetaria con Estados Unidos.
«La dolarización genera voces a favor y voces en contra, según se ponga más énfasis en los beneficios (adeptos) o en sus costos (detractores). Sin embargo, dado que Argentina no cumple ninguna de las condiciones establecidas en la literatura de áreas monetarias óptimas (AMO) no pareciera ser buena idea mantener una moneda en común con USA», señala el IERAL

Hay tres condiciones que Argentina no tiene:
Según indica el IERAL, la dolarización requiere de tres condiciones que Argentina no cumple:
- Economías con ciclos económicos sincronizados: implica que tanto las expansiones como las recesiones de ambas economías se produzcan en forma simultánea. Para los últimos 40 años, la tasa de crecimiento económico de USA explica solamente el 10% del crecimiento en Argentina, guarismo que refleja que ambas economías no están fuertemente correlacionadas. Por consiguiente, no se cumple este requisito.
- Mercados laborales integrados: si una economía entra en recesión y la otra continúa en expansión (dado que no están fuertemente correlacionadas), los trabajadores de la economía que se contrae deberían poder emigrar a la economía que está creciendo (mercados laborales integrados). La verdad es que es muy difícil pensar que los trabajadores argentinos durante períodos recesivos puedan emigrar masivamente a USA para encontrar trabajo y compensar el ciclo económico. Claramente, este segundo criterio tampoco se cumple.
- Transferencias intergubernamentales: Aquella economía que está pasando por una etapa recesiva debería ser compensada con fondos del país que atraviesa por un periodo económico expansivo. Ojalá sucediera, pero resulta extremadamente complicado pensar que nuestro país pueda recibir transferencias especiales desde la economía americana para suavizar nuestro ciclo económico.
Entusiasmo por el corto plazo
«Entonces, el entusiasmo que genera la dolarización proviene de exacerbar los beneficios de corto plazo, pero sin detenerse a evaluar a fondo los costos que puede generar. Sin duda el gran beneficio de la dolarización es que hace desaparecer casi de inmediato tanto la inflación como las tasas de interés en dicha moneda», dice el reporte.
El trabajo indica que «al desaparecer la moneda doméstica, se elimina el componente de las expectativas de depreciación en las tasas de interés y las mismas pasan a tener solamente el componente de la tasa de interés internacional y la prima de riesgo país. Por otro lado, al no haber más pesos, la inflación interna converge rápidamente a niveles similares a los de Estados Unidos».
«No obstante, llevar adelante un proceso de dolarización implica tomar otras medidas que también son requisitos “sine qua non” en cualquier programa que pretenda reducir en forma permanente la tasa de inflación, pero con una implementación que debe efectuarse más rápidamente. Algunas ya se han efectuado, principalmente la eliminación de la monetización del déficit fiscal y el reacomodamiento de precios relativos (algo falta con tarifas), pero falta avanzar en las reformas estructurales que todos conocemos: laboral, impositiva, previsional», advierte el estudio.
