Buenos Aires, jul 13 (ANP)- El Instituto Argentino de Energía (IAE) “General Mosconi presentó hoy las “Bases para una
reforma integral del sector energético argentino”, en la que enumera una serie de propuestas con el objetivo de alcanzar “un acuerdo amplio y sensato” en los ámbitos político, industrial y gremial a fin de evitar lo que consideró un peligro concreto de “quiebra”.

Con la coordinación del ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, y la participación de destacados especialistas, el IAE Mosconi enumeró unas 60 medidas de política que estimó necesarias “para realizar una reforma integral legal, organizativa, de propiedad, económica, impositiva y estratégica que permita superar la situación actual del sector energético argentino sumido en una profunda
crisis estructural de larga data que supera los 4 lustros”.

Jorge Lapeña, presidente del IAE Mosconi

“El Sector Energético se encamina globalmente a su propia quiebra”, alertó la entidad, para la cual “sólo un acuerdo amplio
y sensato podría salvar al sector energético de ese indeseable final”.

Al respecto, el estudio señaló que “la energía en Argentina se encuentra en un estado de crisis estructural profundo cuyas características permiten afirmar que la economía energética está destruida, que las leyes de fondo son obsoletas y no se cumplen, que la organización institucional prevista en la normativa vigente es violada en forma sistémica, que las tarifas y los precios se fijan en forma caprichosa y al margen de la ley”.

En líneas generales, la propuesta consiste en la necesidad de emprender “una transición ordenada y programada y no una transición caótica que, en general, van acompañadas con finales no deseados”.
Los cinco componentes principales de esa transición parten de tener en cuenta una matriz sustentable, la productividad, precios y Tarifas para los consumidores, decisiones que apunten a la racionalidad y, por último “la transición moral que nos lleve a un Estado eficaz y eficiente en la toma de decisiones”.

Al respecto, IAE Mosconi subrayo que el país “tiene que ser miembro activo en el esfuerzo mundial colectivo para mitigar y
controlar el cambio climático”, lo que implica pasar de “una Transición de una matriz de consumo energética primordialmente carbonosa fuerte productora de gases de efecto invernadero a una matriz neutra en emisiones en 2050”.

En la Argentina, aseguró “la historia energética está plagada de decisiones irracionales” y en las últimas décadas “los malos ejemplos abundan”, como “compra de centrales nucleares sin estudios, pasando por gasoductos licitados sin estudios de factibilidad o centrales de carbón sin carbón”.

Con la recopilación y armado de Diego Grau y los comentarios de Nicolás Gallo (ex ministro de Infraestructura) y Pedro Albitos, el trabajo contó con la coordinación de Gerardo Rabinovich, Alejandro Einstoss, Julián Rojo y María Angélica Sabatier.

Las medidas del programa propuesto parten de tres objetivos: obtener el autoabastecimiento, abastecer la demanda interna con precios competitivos y cumplir el proceso de descarbonización de la matriz de consumo para mitigar el cambio climático.

Asimismo, propone un nuevo ordenamiento legal ante la superposición de normas, a veces contrapuestas, que hace necesaria una “reforma integral” de una ley de Hidrocarburos que data de 1967 y tuvo una sucesión de enmiendas.

En el mismo sentido, reclama una reevaluación del proyecto de Vaca Muerta y una modificación de la relación de YPF con el Estado nacional.

En cuanto a la regulación del mercado eléctrico, propone la división de la actual CAMMESA en dos compañías que se encarguen respectivamente de la administración y del despacho, así como la incorporación de nuevas centrales de energías renovables, como los casos ya conocidos de eólica y solar.

Por último, sostiene que los subsidios tarifarios deben ser focalizados en los sectores de menores recursos, pero que en general los consumidores deben afrontar “el costo real de producción, transporte y distribución”.

 

Por NP