BUENOS AIRES (ANP) Las alarmas de algunos dirigentes por la advertencia formulada por Javier Milei acerca de una estanflación para los próximos 18 a 24 meses parecen no tener en cuenta una realidad que cualquier argentino conoce a la perfección: la combinación de inflación y estancamiento no es una novedad, por el contrario es un estado casi permanente del país hace doce años.

Un informe de la Fundación Libertad y Progreso recuerda no solo la inflación de los últimos 20 años, que fue creciendo sin solución de continuidad presidencia tras presidencia, sino que esa aceleración fue coincidente con un estancamiento de la actividad económica.

«Haciendo foco en la administración actual, la estanflación fue la regla», resaltó LyP, que indico que si bien «la actividad económica tocó un pico en julio del 2022» estuvo «al mismo nivel del alcanzado en octubre de 2017».

«Comparado a ese valor, hoy el EMAE está 0,8% por debajo. Todo en el marco de una fuerte aceleración en los precios, que tocaron el 142% interanual, los niveles máximos desde 1991», completó.

LyP remarcó que la gestión de Alberto Fernández «estuvo acompañada de políticas que buscaron esconder inflación abajo de la alfombra, a través de congelamientos y controles de precios» que generaron «una fuerte distorsión».

Al respecto, señaló que de precios. Esto se puede ver claramente en la comparativa de inflación núcleo respecto de la inflación de los bienes y servicios regulados. En este sentido, observamos que, desde diciembre de 2019, el IPC de regulados aumentó un 512%, mientras que el IPC núcleo, que excluye los productos regulados y con comportamiento estacional, lo hizo en 866%. Es decir, en promedio, los precios ‘libres’ aumentaron 354 puntos más que los regulados».

Pero además, la entidad agregó que «los salarios no acompañaron la suba de los precios y quedaron marcadamente por debajo de la inflación» y teniendo en cuenta el Índice de Salarios del INDEC, desde diciembre de 2019 hasta septiembre del 2023 (último dato disponible), acumularon una suba de 683%.

«La pérdida de poder de compra ha sido significativa. Por ejemplo, el azúcar aumentó 2.237%, los huevos un 1.395%, el arroz 1.341%, la carne de cuadril 1.043% y la yerba 895%, según el propio relevamiento del INDEC», precisó.

En los 12 años que van de estanflación, la inflación se aceleró del 22,8% anual en 2011 al 142,7% registrado en octubre de 2023. Es decir, una suba de 119,9 puntos. En todo ese lapso, la inflación anual más baja registrada en Argentina fue del 21,4%, en julio de 2017,  claramente en la zona de dos dígitos.

LyP puntualizó que «desde la salida de la convertibilidad en el año 2002, la inflación acumulada por cada mandato presidencial fue superando a la del anterior. En los 129 meses que duró la Convertibilidad (abril 1991- enero 2002), el índice de precios acumuló una suba de 48,3%. Durante el mandato de Néstor Kirchner la suba fue de 63,1%. Seguida de los 122,1% y 171,8% de los mandatos de Cristina Fernández de Kirchner. Más cerca en el tiempo, encontramos una inflación acumulada de 295,7% para el gobierno de Mauricio Macri. Y llegamos al 813,7% de la gestión del Alberto Fernández (hasta octubre)».

Por su parte, el nivel de actividad económica, medido a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC, ha oscilado en torno a los mismos niveles durante los últimos 12 años, mientras que la inflación se ha mantenido por encima del 20% anual, y en ascenso, desde el 2010.

En septiembre de 2023, último dato disponible, el EMAE se ubicó apenas 2,7% por encima del promedio de 2011. Señal de un estancamiento que perdura desde hace más de una década. Mientras tanto, la población argentina creció un 13,1%, lo que nos ha llevado a una persistente declinación del ingreso por habitante. Con estimaciones oficiales hasta septiembre, el ingreso por habitante se encuentra en los niveles de abril del año 2007.

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Por NP