BUENOS AIRES (ANP).– El terremoto político vivido ayer por el gabinete nacional dejó grandes titulares para la prensa, un leve entusiasmo para los tenedores de bonos soberanos, y mucho desasosiego para los ciudadanos comunes que se ven venir un gran ajuste y devaluación para paliar el descalabro de la economía. Pero también dejó algunos despidos de funcionarios de lo más humillante que pueden imaginarse.

En primer lugar, está el caso de la ministra de Economía saliente, Silvina Batakis. Que una funcionaria permanezca en su puesto menos de un mes -cuando el propio presidente fue a buscarla desesperado para que aceptara el lugar que Martín Guzmán había dejado tirado- ya de por sí es una situación patética, pero la realidad probó que rápidamente puede escalar a la categoría de bizarra.

Ocurre que la sufrida flamante ministra se enteró de los rumores de su despido mientras esperaba abordar el vuelo de regreso al país, después de estar dos días hablando -en balde- con directivos del Fondo Monetario y con altos funcionarios estadounidenses para recabar apoyo. Por ende, cuando aterrizó ayer en Ezeiza, Batakis fue directamente a presentar su renuncia, recibiendo el premio consuelo de la presidencia en el Banco Nación.

Otro sacrificado en la movida de ayer fue justamente el inocente titular del banco oficial, que ahora comandará Batakis. Eduardo Hecker estaba de lo más tranquilo y feliz en la provincia de Catamarca, preparándose para un acto oficial en el que iba a presentar la Tarjeta Minera Nación, cuando se enteró del escueto comunicado de Presidencia en el que se anunciaba que tenía que volver rápido a su despacho para agarrar sus pertenencias, porque desde hoy su sillón en el BNA pertenecía a la ministra saliente. Con qué cara salió Hecker al escenario a presentar la tarjetita, no lo sabemos.

Aquí la pregunta es si en el Poder Ejecutivo no podían esperar a hoy viernes a que Hecker estuviera descansado para comunicarle el cambio, agradecerle los servicios, y después sí anunciar el desembarco de Batakis. ¿Acaso los bonos se iban a alterar por lo que pase o deje de pasar en el BNA? Claro que ya sabemos cuál es el lema del peronismo: ¿para qué hacer las cosas bien, si las podemos hacer mal?

Otro caso de chaleco fue el de Felipe Solá. Hace apenas un año, el entonces canciller se había subido a un avión rumbo a México para asistir a la cumbre de la CELAC, donde además debía desempeñar la difícil tarea de apuntalar la candidatura del país para obtener la presidencia del bloque. Algo que era resistido por candidatos mejores.

Fue en medio de ese vuelo que recibió la llamada telefónica que le advirtió no sólo que ya no era el canciller, sino que además sería reemplazado por el mismo que se lo estaba contando, Santiago Cafiero, que en ese momento estaba dejando su puesto de Jefe de Gabinete.

Como resultado, al bajar del avión Solá tuvo que pasar el trago amargo de decirle al diplomático que lo recibió que ambos estaban perdiendo el tiempo, porque Solá ya era un ciudadano común. Sobra decir que Argentina finalmente no estuvo representada en la cumbre y que todas las gestiones efectuadas durante meses por el país para hacerse de la presidencia del grupo quedaron como otra pavada de muchas cometidas por nuestros gobiernos.

Y para cerrar esta patética crónica, hay que recordar el caso de Ricardo López Murphy en sus épocas de ministro de Economía de Fernando de la Rúa (para que nadie diga que los únicos brutos a la hora de despedir funcionarios son los peronistas).

López Murphy regresaba de Chile, donde participaba de un evento del Banco Interamericano de Desarrollo, cuando lo anoticiaron de que estaba fuera, apenas 15 días después de asumir y cuando ya había lanzado un duro plan para ordenar la economía.

Algún memorioso recordará que ninguno de los referentes de la UCR de entonces que tanto lo habían apoyado salió a respaldarlo en el duro trance, que se había hecho cargo de un contexto tan difícil como el actual. Probablemente, también muchos recuerden que muchos de los empresarios que apoyaban su plan son casi los mismos que hoy elogian a Massa y su batería de ideas para reposicionar al PJ de cara a los comicios presidenciales del año que viene.

 

Por NP