BUENOS AIRES, JUL 21 (ANP) – Por estos días lo que más preocupa a los analistas de los mercados financieros globales es saber cuándo será el momento en que los bancos centrales de las principales economías del planeta, especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos. comenzarán a retirar los estímulos monetarios que impulsaron para salir del parate que ocacionó el COPVID19.

La mala señal ocurrió la semana pasada cuando se conoció el índice de inflación de junio de Estados Unidos, que marcó un 0,9%, lo que indicó una aceleración de los precios respecto del mes anterior. En los primeros meses del año, la inflación norteamericana venía mostrando una baja, aunque en niveles altos. En junio se dio vuelta la tendencia, y eso hizo que renacieran los temores a que la FED finalmente empiece a subir la tasa para controlar los precios. Igualmente  Jerome Powell se encargó de tranquilizar el escenario, informando que por el momento el organismo no prevé cambiar su política.

Al respecto, Kevin Thozet. Miembro del Comité de Inversión de Carmignac, la agencia de administración de fondos mas importante de Francia, planteó que «durante casi un año, los mercados financieros han disfrutado de una recuperación basada en estímulos gracias a las medidas adoptadas por los Gobiernos y los bancos centrales para responder a la crisis y reactivar la economía mundial».

El analista señaló que «ahora que la recuperación del crecimiento ha dejado de ser la cuestión principal para las autoridades, ya que los planes de emergencia han reencauzado a la economía mundial en una senda más prometedora, la realidad del ciclo económico está tomando el relevo de estas medidas excepcionales».

El especialista considera que los bancos centrales «ya están menos presentes» por lo que a su entender «su labor se centra en la estabilidad de los precios y del sistema financiero, más que en el crecimiento económico».

Thozet advierte que cuando llegue el momento de subir la tasa y retirar los estímulos, el resultado va a ser un «crecimiento menos sólido» de la economía.

«Aunque no cabe prever que estos retiren las medidas adoptadas en los últimos 18 meses antes de fin de año, también llegará el momento de eliminarlas gradualmente. En Estados Unidos, las ambiciones presupuestarias del Gobierno de Biden deberán, con toda probabilidad, revisarse a la baja, en un contexto de arduas negociaciones ante la frágil mayoría de la que «se beneficia» el Partido Demócrata. Por ello, existe el riesgo de que el impulso presupuestario de este año sea menor de lo previsto inicialmente y de que la expansión se convierta en una contracción presupuestaria el próximo año», advirtió el analista de Carmignac.

Al respecto, señaló que «con todo, la actividad económica no debería experimentar cambios de rumbo bruscos» y que «en los próximos trimestres, las economías estadounidense y europea deberían crecer a unas tasas anuales de dos dígitos, gracias concretamente al consumo de los hogares, el comercio mundial y la recuperación del turismo», de modo que será previsible «una ralentización a partir de entonces».

 

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Por NP