La inflación de noviembre tuvo una leve baja respecto de los meses previos y cerró en un 5,9%, con lo que la interanual trepó al 94,1% y la acumulada en once meses, con un 87%, ya superó a la de 1991 completo, que con un 84% marcó hasta marzo el fin de la hiperinflación y a partir de abril el inicio de la Convertibilidad.
Los datos forman parte del último reporte de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), que destacó que el índice de noviembre es el primero debajo del 6% desde junio y que los rubros que más aumentaron en el mes fueron «Agua,
electricidad, gas y otros combustibles (16, 7%), “Bienes y servicios varios” (8, 5%) y “Bebidas alcohólicas” (8,5%).
Por encima del nivel general se encuentran, además, “Recreación y cultura (8,8 %), “Educación» (7,5%) y
“Restaurantes y hoteles” (6%).
«Esta es la inflación acumulada más grande para los primeros once meses del año desde 1991», remarcó LyP, que además aclaró que «dentro de la última década, los años que le siguen con mayor inflación en los primeros once meses son el 2019 con una inflación acumulada del 48,3% y el 2021 con 45,4%».
Asimismo, la entidad subrayó que «la inflación acumulada durante los primeros 35 meses de la Presidencia de Alberto Fernández es de 284,2%».
Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso, sostuvo que «la desaceleración de noviembre se explica
principalmente por el menor aumento en los alimentos», en un comportamiento que ya comenzó a observarse «algunas semanas previas» a la implementación del programa Precios Justos.
«El efecto del acuerdo de precios será mayormente visible a partir de diciembre, aunque claro está que su resultado será temporal, debido a que las inconsistencias de la política fiscal y monetaria no son compatibles con una baja
sostenida de la inflación», remató.
Por su parte, el economista jefe de la Fundación, Eugenio Marí, indicó que «si bien la desaceleración de la inflación es una buena noticia, el panorama hacia adelante es desafiante» y en ese sentido advirtió que «solo entre diciembre y marzo del 2023 el Tesoro enfrenta vencimiento de deuda por casi $4 billones, mientras que el BCRA ya se acerca a acumular $10 billones en deuda remunerada».
«Si el financiamiento en el mercado interno empieza a complicarse, como indican las últimas licitaciones, esto dejará al gobierno más dependiente de la emisión monetaria, lo que aceleraría la inflación”, alertó.