El déficit primario de los primeros cinco meses del año ascendió a $775.379 millones, de los que $689.762 (el 88,96%) correspondieron a subsidios que el Estado nacional otorgó en ese período a sectores económicos, en especial el energético.

Los datos surgen del último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que se anticipa al que el Ministerio de Economía dará a conocer el 20 de junio y muestran que en doce meses el resultado primario negativo tuvo un incremento nominal del 360,4% y real del 196,1%, estimando una inflación de 4,8% para mayo.

Cabe recordar que el propio gobierno, a través del subsecretario de Planeamiento Energético, Santiago López Osornio, criticó el esquema de subsidios que él mismo aplica y en la última audiencia pública de tarifas lo calificó como «pro-rico».

En cuanto al déficit financiero (que a diferencia del anterior incluye los servicios de deuda), en el período enero-mayo alcanzó a $1.247.919 millones, con un aumento interanual nominal del 180,4% y real del 80,3%.

Durante los primeros cinco meses del año los ingresos de la Administración Nacional totalizaron $4.248.739 millones reflejando un crecimiento en términos reales de 1,9% y del 58,5% nominal. Los ingresos corrientes alcanzaron $4.247.711 millones, lo que implicó una suba real de 2,1% (58,7% real) impulsada por sus principales componentes: los ingresos tributarios (3,1% real, 60,2% nominal) y los recursos provenientes de la Seguridad Social (7,9% y 67,7%, respectivamente).

En sentido contrario, los ingresos no tributarios se redujeron 52,3% (-25,8% nominal) dado que la recaudación por el Aporte Solidario y Extraordinario, que a mayo de 2022 alcanzó $2.849 millones, se contrajo 96,9% en términos reales.

Los gastos totales alcanzaron $5.496.658 millones y crecieron a un ritmo de 13,1% real y 75,8% nominal. Por su parte, los gastos primarios sumaron $5.024.118 millones y se expandieron 13,4% (76,3% nominal), principalmente por las variaciones registradas en los subsidios económicos (29,8% real  y 101,9% nominal), en las transferencias corrientes a provincias (23% y 91,2%), en las transferencias de capital (15,2% y 79,1%) y en los gastos en personal (13,4% y 76,5%).

«Dentro de los subsidios, los energéticos se incrementaron 49,4% (132,3% nominal) y aquellos destinados al transporte lo hicieron en 13,7% (76,8%). Por su parte, las prestaciones sociales crecieron 10,7% (71,9%) y dentro de ellas se destacaron las jubilaciones y pensiones (7,7% real,  67,5% nominal), las asignaciones familiares (17,3% y 82,4%) y los programas sociales (22,8% y 91%, respectivamente).

Respecto al pago de los intereses de la deuda, se devengaron $472.539 millones, lo que implicó una suba real de 9,8% y nominal de 70,8%.

Al 31 de mayo los gastos totales devengaron $5.496.658 millones, equivalentes al 50,6% del crédito presupuestario vigente. Los gastos corrientes ejecutaron el 53,4 % mientras que los gastos de capital el 30,5%. Al interior de los gastos corrientes sobresalen los intereses de la deuda (61,3%), las asignaciones familiares (60,3%) y los programas sociales como las becas del Progresar (81,6%) y el Potenciar Trabajo (65,3%), que requerirán de refuerzos presupuestarios para continuar con el ritmo de ejecución de los primeros 5 meses del año. Los subsidios a la energía (54,1%), las transferencias a universidades (53,9%), las jubilaciones y pensiones (53,9%), los gastos en personal (53,6%) y las transferencias a provincias (51,2%) superaron la ejecución promedio de los gastos totales.

Por NP