BUENOS AIRES (ANP) El 70% de las empresas considera que la litigiosidad laboral afecta sus estrategias de inversión y el 74% que, además, las disuade en lo que respecta a la contratación de trabajadores, de acuerdo con una investigación encargada recientemente por la UART (Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo) a SEL (Sociedad de Estudios Laborales).

La muestra encomendada a la consultora especializada en la problemática fue ponderada por compañía, rama, región y cápitas, entre 5048 empresas relevadas entre el 7 de octubre y el 21 de noviembre.

«La información obtenida viene a confirmar objetivamente con números la amplia opinión de empleadores de diversos tamaños respecto del peso de los juicios laborales en la decisión empresarial», sostuvo la UART, que concluyo que la litigiosidad «es hoy un obstáculo crítico que entorpece el desenvolvimiento del enorme potencial productivo del país».

La investigación confirma que la incidencia de la litigiosidad laboral en inversión y crecimiento del 70% y en creación de nuevos puestos de trabajo 74% tiene un mayor peso específico en empresas de hasta 50 trabajadores, principales generadoras de empleo, y también en el interior del país.

En tal sentido, la UART vuelve a alertar que en 2024 se estima el ingreso de 128 mil nuevas demandas solo por riesgos de trabajo (9% más que en 2023), a las que se suman las vinculadas a las causas laborales (como despidos).

La UART recordó que la Población Económicamente Activa (PEA) del país, alcanza 23 millones de personas, de las que únicamente 10,2 millones tienen un empleo formal en relación de dependencia y otros 3 millones son trabajadores independientes registrados.

«Por lo tanto, hay 10 millones más de personas que trabajan en la informalidad, privadas de coberturas de riesgos, obra social y sin realizar aportes al sistema previsional, lo cual también genera un enorme impacto presente y futuro».

En ese sentido, puntualizó que «la amenaza judicial torna casi imposible su ingreso a la formalidad».

Al respecto, señaló que comenzó a alertar acerca de esta crítica distorsión cuando no tenía la importancia del presente: «la situación reclama una urgente solución, más imperiosa aún, en momentos en que la economía comienza a estabilizar variables como inflación, déficit fiscal, brecha cambiaria y se registra un incipiente crecimiento en algunas áreas que, para generalizarse al resto, justamente, requiere liberar la posibilidad de activar ambas variables que la litigiosidad entorpece: inversión y creación de nuevos empleos, único camino posible para el desarrollo».

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Por NP