BUENOS AIRES (ANP) El viejo refrán con el que el recordado Alberto Olmedo remataba sus actuaciones podría reformularse en consonancia con la actualidad y decir que siempre que hubo una sequía, fue sucedida por tiempos de lluvias abundantes.
Tal es el caso del agro en la Argentina, que luego de un pésimo 2023, se prepara para un 2024 en el que la actividad agrícola recuperará parte de lo perdido, con dos consecuencias vistas con buenos ojos en los despachos del Banco Central y la AFIP: aumentarán tanto la liquidación de divisas del sector agroexportador como los ingresos al fisco en concepto de Derechos de Exportación.
Al respecto, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario realizado por Javier Treboux y Emilce Terré, aporta buenas noticias para quien resulte ganador de las próximas elecciones presidenciales: para 2024 se espera que los ingresos por retenciones (admitiendo que las alícuotas se mantienen sin cambios) aumenten un 98,9% respecto de los niveles proyectados para el año en curso. La mejora anual no será suficiente para compensar las pérdidas en relación con 2022 (serían un 18,1% menos que las de ese año) pero podrían considerarse un punto de partida para el reinicio de una tendencia favorable para los años siguientes.
Treboux y Terré indicaron que «la campaña 2022/23 estuvo marcada por una extrema sequía que hizo caer la producción granaria argentina alrededor de un 40% en relación con la campaña previa», con el consiguiente efecto en las retenciones, que tuvieron «una impresionante caída cercana al 60%, medido en moneda dura».
«Hay que tener en cuenta que las exportaciones de los complejos de la agroindustria representan cerca del 90% de la recaudación total en dicho concepto», agregaron, para señalar que para 2023 se estima un ingreso por ese tributo generado por las principales cadenas agroindustriales de US$ 4.023 millones, un 58,8% menos que los US$ 9.773 millones ingresados en 2022.
Pero las primeras estimaciones para la campaña 2023/24 proyectan «incrementos del 40% para la producción de trigo, del 65% para la producción de maíz y de 140% para la producción de soja», destacaron.
De acuerdo con los saldos exportables previstos para la campaña 2023/24, considerando una anticipación de ventas de la cosecha posterior en sintonía con el promedio de los últimos años y tomando los precios internacionales hoy vigentes, Treboux y Terré prevén que «la recaudación por retenciones para el año 2024 totalizaría unos US$ 8.000 millones, duplicando los guarismos para este año».
La cadena soja podría aportar US$ 2.360 millones adicionales, proyectándose una exacción total a la cadena de US$ 5.835 millones de dólares en este concepto, asumiendo que la recuperación en las exportaciones estaría en torno al 45% para harina y aceite, y contemplando que las exportaciones de poroto se multiplicarían casi 4 veces.
En el caso del maíz, se proyecta un crecimiento del 360% en el aporte de la cadena, un desempeño en que el incide que la comercialización anticipada de la 2022/23 durante 2022 (se vendió prácticamente la mitad del saldo exportable anticipadamente) apuró la liquidación de derechos de exportación, fomentando la caída en la recaudación en 2022.
El aporte del complejo trigo podría alcanzar cerca de US$ 490 millones en 2024, ubicándose al nivel del 2022, mientras que se espera un crecimiento del 103% en el aporte del complejo sorgo y del 19% en cebada, en tanto la menor producción y exportaciones proyectadas para la cadena girasol, hacen prever un recorte en el aporte en retenciones en torno al 11% con relación a 2023.