La anunciada “guerra” contra la inflación comenzó con la derrota de la “batalla” de febrero, con un 4,7% general y una previsión de un marzo con más del 5%, en tanto el pronóstico del mercado de un nivel de 55% para todo 2022 “cada vez queda más lejano”, sostuvo la consultora Invecq.
La entidad señaló las medidas dispuestas luego del mensaje del viernes del presidente Alberto Fernández, como la suba de 2 puntos porcentuales en las retenciones a la harina y el aceite de soja, la ampliación del fideicomiso del trigo, el mantenimiento de los Precios Cuidados y la fijación de precios máximos para artículos de primera necesidad.
“Sin embargo, la falta de anclaje de expectativas y la descoordinación que surge de la crisis interna del gobierno dificultan la posibilidad de encauzar un proceso de desinflación y de que estas medidas causen efecto alguno”, planteó la consultora dirigida por Esteban Domecq, que a su vez señaló que “el único objetivo al que apunta el gobierno es que la inflación no se dispare por encima del 2021, algo que parece imposible en este escenario”.
Al respecto, tomó nota de las previsiones del mercado reflejadas en el último relevamiento del Banco Central, con una inflación promedio del 3,6% todos los meses para llegar a una inflación del 55% hacia fin de año”, un escenario que “con los últimos datos, cada vez queda más lejano”.
Para Invecq, los primeros números de inflación “no podrán convalidar una victoria del gobierno” en la anunciada “guerra”, tanto por los precios de las commodities agrícolas como por las subas en las tarifas de electricidad y gas, que tendrán un impacto de 0,5% en la inflación de marzo.
“Por su parte, la suba de los combustibles, cercana al 10% se dio a mediados de mes, repercutirá directamente en los costos logísticos de las compañías y del transporte”, agregó, además de indicar que “el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial se acelera levemente y los primeros 15 días de marzo reflejaron un 2,6% de aumento respecto el mismo período del mes anterior”.
De esta manera, apuntó, “los indicadores de alta frecuencia demuestran que, en estos 15 días, la inflación muestra un avance del 5%, muy por encima del ya mal dato de febrero, con principal incidencia en la segunda semana”, advirtió.
“Empezar una guerra sabiendo que los primeros resultados no lo van a favorecer no parece ser la mejor estrategia. Sin embargo, es la estrategia que el gobierno decidió seguir”, destacó la consultora.
En ese sentido, señaló que, como el presidente ya sabía el número de inflación de febrero, “el anuncio de la guerra fue el anticipo de un muy mal resultado inflacionario, aunque con mal timming por lo que vendrá”.