POR ROBERTO PICO – BUENOS AIRES, DIC 6 (ANP).- Hace más de cinco años la AFA no pudo completar una votación para designar al sucesor de Julio Grondona, lo que aún tiene efectos.
75 votos: resultado final 38 a 38. Sólo en la Argentina “las matemáticas no son exactas”. En realidad, sólo en la dirigencia del fútbol local que luego de meses de internas no pudo llevar a cabo una elección para elegir entre Luis Segura y Marcelo Tinelli al presidente de la AFA.
Hace algo más de 5 años -el 3 de diciembre de 2015- el mundo asistió azorado a un escándalo que resultó el corolario de meses de disputas internas con la dirigencia dividida entre quienes pretendían la continuidad de Segura y aquellos que buscaban el recambio con Tinelli.
El tiempo alejó a Segura de la vida pública futbolera, mientras Tinelli logró mantenerse a flote hasta alcanzar la titularidad de la Liga Profesional, no sin antes librar batallas en varios frentes, incluido con el gobierno de Mauricio Macri.
La esquirlas de esa explosión dejaron secuelas incurables ya que finalmente ambos tuvieron que ceder el trono de la calle Viamonte a Claudio Tapia, quien trepó a la poltrona sostenido por los clubes del ascenso, lo que le valió sufrir el alejamiento de las principales instituciones del país.
La votación para encarrilar la situación institucional del fútbol tras décadas de la hegemonía de Julio Grondona lejos de dar vuelta la página produjo un boomerang.
No faltaron los memes de entonces con la figura de “Don Julio” mirando desde una nube con sonrisa socarrona.
La votación se llevó a cabo en el gimnasio de Futsal del predio de la AFA en Ezeiza y contó con la presencia de veedores… que no vieron nada. Sólo atinaron a agarrarse la cabeza cuando la sumatoria dio un empate imposible.
Y todo a la vista del mundo.
Por lógica enseguida se desataron acusaciones cruzadas, surgieron videos con movimientos extraños, otros de quienes estaban sentados y quienes no durante el escrutinio, de quienes se retiraron antes del conteo por temas personales. Todo tipo de especulaciones y seguimientos detectivescos, pero nunca se supo la verdad de lo sucedido aquella noche.
Pero además de la vergüenza que significó aquella votación lo más importante es que el fútbol argentino sigue a la deriva sin un proyecto claro.
De los campeonatos de AFA, se pasó a la Superliga, a la que se desmanteló para pasar a la Liga Profesional -ahora sí en manos de Tinelli-, se anularon descensos, se armaron dos campeonatos -Primera y ascenso- absolutamente inentendibles y con graves falencias en la competitividad deportiva. En síntesis los efectos del aquel 38 a 38 no desaparecieron. La falta de institucionalidad que se agrava con las disidencias que suelen expresar River y Boca en cada decisión no hace más que prolongar una situación lamentable.
Pese a este caos dirigencial, los equipos argentinos dominan los torneos continentales. Se llevan puestos a uruguayos, chilenos, peruanos, colombianos, chilenos, ecuatorianos y venezolanos y sólo hay paridad en el enfrentamiento con los brasileros. A nivel selección, los resultados son similares.
La pregunta es ¿hasta dónde se podría llegar con dirigentes probos?
El fútbol como reflejo del país.