BUENOS AIRES MAR 3 (ANP) .- La fuerte embestida de Alberto Fernández contra Mauricio Macri por el acuerdo con el FMI, contra la justicia, los empresarios y la prensa dejó al descubierto varios aspectos que podrían ser parte de la futura política económica de su Gobierno.

En lo que hace a la política económica algunos economistas advierten que se corre peligro de reeditar algo parecido al llamado “Plan Primavera”, de septiembre de1987, que concluyó en la hiperinflación del 89 y marcó el camino final del gobierno de Raúl Alfonsín con adelanto de elecciones y la llegada al poder de Carlos Menem.

Hoy debemos sumar dos agravantes que no se observaban en ese entonces. Estos son la falta de vacunas en nuestro país y la fuerte devaluación del real en Brasil

En primer lugar debemos preguntarnos si el llamado “Albertismo” ha llegado a su fin. Al parecer el presidente con ese discurso comenzó a abrazar al kirchnerismo más cercano a los últimos años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que al de los exitosos cuatro años de Néstor Kirchner.

Por lo tanto, el mundo de la política y de los negocios, y de alguna parte de la clase media, puede comenzar a perder la esperanza en ese presidente conciliador que fue elegido por Cristina Fernández de Kirchner.

En resumen, de aquí en adelante no parece quedar espacio para una política económica alejada de la base del kirchnerismo puro de Cristina Fernandez de Kirchner y el camporismo encabezado por el diputado Maximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof. En el mercado financiero y en el mundo empresarial se comienza a hablar del Plan Ki-Ca, que combina parte del kirchnerismo con el camporismo.

Los principales aspectos de este plan que se evalúa dentro del Gobierno son: atraso del tipo de cambio hasta cuando se pueda, aumentos de salarios por encima de la inflación, congelamiento de tarifas de servicios públicos, aumento de déficit fiscal, controles de precios de alimentos, freno a las importaciones y suba de retenciones a las exportaciones en el momento que haga falta y llenar la Argentina de planes sociales tantos como hagan falta para ganar elecciones.

En ese aspecto hay que destacar que un 48 % de la población vive de los planes sociales lo que equivale a casi unos 20 millones de personas.

A esto hay que sumarle una posible pesificacion o desdolarizacion de la economía con la pesificacion de todas las operaciones de compra venta de bienes y servicios, la prohibicion total a particulares de comprar dólares en los bancos, un nuevo blanqueo para que los argentinos que se llevaron los dólares al exterior en los últimos años traigan los dólares al país y se los vendan al BCRA.

En segundo término, y en caso que el Albertismo haya llegado a su fin, debemos preguntarnos por el futuro del ministro Martin Guzman.  ¿Como hará Guzmán para renegociar con el FMI que le pide un acuerdo con la oposición para lograr un plan de largo plazo, hasta 10 años, que  excedería el término de dos mandatos presidenciales, cuando Alberto Fernández en su discurso planteo denunciar al gobierno de Mauricio Macri a través de una querella criminal por el pacto con cerrado con el FMI?

¿En qué condiciones va a negociar un acuerdo con el FMI con la oposición en particular el macrismo si el gobierno encargado de solicitar la renegociación quiere querellar a Mauricio Macri por el acuerdo que celebro con el propio FMI?. ¿Se puede dar el lujo el gobierno de Alberto Fernandez de despercidiar en este momento un funcionario como Guzman que tiene llegada a directa al influyente Tesoro de los EEUU a cargo de Janet Yellen la esposa del economista George Akerlof quien gano el Premio Nobel de Economia junto a  Joseph Stigiliz el mentor del ministro y quien lo habría recomendado a la vicepresidenta.

Guzmán es el  único ministro dentro del gobierno que se ha enfrentado en términos económicos con el kirchnerismo y al camporismo, en particular con el gobernador Axel Kicillof, y con el ministro de Desarrollo Productivo Matias Kulfas, la secretaria de Comercio Paula Español, la Directora de la AFIP Mercedes Marco del Pont,  la Jefa de Gabinete Económico Cecilia Todesca y el diputado Maximo Kirchner por no coincidir con su pensamiento económico.

En particular, por la pelea contra las empresas, desatada por los controles de precios y la restricción de las importaciones de productos sensibles que ha comenzado a afectar a diversos sectores como el automotriz y el de productos electrónicos.

En una reunión en Olivos hace dos semanas hubo varios cuestionamientos a la tarea de Guzmán, en particular su acercamiento a los empresarios,  su apuro por cerrar la renegocacion con el FMI antes de mayo próximo y su intención de aumentar las tarifas de servicios públicos para reducir los subsidios.

En la misma estuvieron Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner, el ministro del Interior Wado De Pedro, el diputado Maximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof.

Luego de ese encuentro llamaron a Guzmán para que explicara porque para él era  “suicida congelar las tarifas de servicios”, según sus palabras frente a un grupo de estudiantes que lo escuchaban en la Universidad de Tucumán.

Esto desató una fuerte discusión entre el ministro y Kicillof. Este último al parecer logró su cometido. Luego del discurso presidencial se conocio la noticia que las empresas Edenor y Edesur recibirían unos $ 60.000 millones de subsidios del estado si mantienen las trifas congeladas por lo menos hasta el año que viene.

Esto se podría leer como el primer traspié del ministro en su idea de reducir los  subsidios  las empresas de servicios públicos para bajar el déficit fiscal operativo.

Se trata de un aumento del déficit fiscal futuro que Guzman quería estaba reducir por el lado de menores subsidios y una reducción de la emisión monetaria del BCRA, uno de los pedidos solicitados por el FMI para lograr una renegocación exitosa.

Esta reunión fue unos días antes del estallido del Vacunatorio Vip. En ese aspecto hubo sorpresa en el ministerio de Economia que en la lista inicial de 70 personas preparada de urgencia figuraran el propio Guzmán el representante de en el FMI Sergio Chodos y cuatro funcionarios más de ese ministerio.

Guzmán viajo de urgencia a la residencia de El Calafate para reunirse con la vicpresidenta Cristina Fernandez Kirchner para explicar el tema de las tarifas hace dos semanas. Más allá de sus recientes tuits elogiando el discurso de Alberto Fernández el ministro ha quedado prisionero de lo que quieran hacer el Kirchnerismo y el Camporismo y él frente a la casi desaparición del llamado Albertismo.

Por NP