Buenos Aires, (ANP) – Se puede decir que el problema que tiene el ministro de Economía, Sergio Massa, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es que las revisiones de las metas trimestrales y la aprobación de desembolsos están saliendo con tres meses de demora.

Las metas de junio,  fueron aprobadas por el staff técnico el 19 de septiembre y el directorio las firmará recién este viernes 7 de octubre.  Si sigue a ese ritmo, el dinero que tiene que mandar por el tercer trimestre, u$s5700 millones, llegaría recién en enero del 2023 y las reservas del Banco Central van a quedar abajo de los 8,500 millones que debe presentar a fin de año.

El directorio del organismo que conduce Kristalina Georgieva la va a dar una mano: este viernes, cuando el directorio apruebe las metas del segundo trimestre, acto seguido va a avisar que las metas de reservas del tercer trimestre también están en orden y que va a apurar la revisión del período julio-septiembre.

La revisión del tercer trimestre ya comenzó. Pero según dicen en los pasillos del FMI, el organismo no puede aprobar las metas de dos trimestres seguidas. Se espera que para fin de este mes el staff técnico eleve el reporte y el Board  le dé la aprobación y con ello el desembolso de u$s5.700 millones que son los que quedarían hasta diciembre.

Esa es la única manera en que Massa puede llegar a fin de año con el programa aprobado.

En el mercado tienen en claro que pasado el dólar soja, no van a ingresar más dólares a la Argentina. El Banco Central va a tener que defender el colchón de reservas que pudo hacer en septiembre y tratar de cuidar lo máximo que pueda hasta el 31 de diciembre próximo.

Massa entonces, depende de que ingresen dólar por la cuenta financiera, es decir, de préstamos. Ya el Banco Mundial le entregará este año unos u$s2.000 millones y el BID otros u$s700 millones. Pero no va a ser suficiente.

Lo único que lo puede ayudar van a ser que los desembolsos del tercer trimestre se paguen todos dentro del 2022 y con ello mandar una señal a los mercados para que no cunda el pánico y empiece una nueva corrida contra el peso a la espera de un «salto discreto» al inicio del 2023.

Por NP