Buenos Aires, jul 27 (ANP)- Las políticas a aplicar en materia cambiaria para la post pandemia enfrentan una realidad dual que es de difícil resolución sin provocar mayores conflictos económicos y sociales, ya que la actual cotización del dólar oficial está en nivel similares a los de 2001, previo a la devaluación, pero el paralelo o blue ya supera a la del 2002 en términos reales, de acuerdo con el análisis del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

Para la entidad dirigida por Jorge Colina, el optimismo de algunas evaluaciones que sostienen que el país está en condiciones de iniciar una recuperación económica como la de 2003 parte de “un diagnóstico equivocado” debido a que si se toma el dólar en su cotización oficial “todavía queda por transitar la traumática y costosa mega-devaluación del 2002”, que en menos de seis meses llevó la paridad de 1 a 4 pesos por dólar.

IDESA tomó el valor del dólar actualizado por la inflación local y la de Estados Unidos y comprobó que en 2001 era equivalente a $56 a precios actuales, pero que en 2002 pasó a valer $126.

Si se toman las actuales cotizaciones ($75,75 oficial y $140 paralelo) se muestra que “la situación cambiaria actual es ambivalente”, ya que “si se toma el tipo de cambio oficial, el país está más cerca del 2001”, pero si se escoge la informal “la situación se parece más al 2002”.

“La conclusión es que, si se quiere recrear las ventajosas condiciones de tipo de cambio que se dieron en el 2002, todavía falta liberar el tipo de cambio oficial para que se ubique cerca del dólar paralelo”, indicó, para concluir que “para repetir la experiencia que se inició en el 2003, todavía queda por transitar la traumática y costosa mega-devaluación del 2002”.

IDESA destacó que “un dólar alto –como el del 2002 o el paralelo actual– es el que permite licuar gasto público (generando superávit fiscal) y compensar a los sectores productivos por la enorme cantidad de sobrecostos espurios (generando superávit externo)”.

Sin embargo, también “produce caídas del salario real, las jubilaciones y aumento de la pobreza”, de lo que se desprende que “el equilibrio macroeconómico demanda un dólar tan alto que destruye el tejido social”.

La consultora reclamó “cambiar de estrategia” para “salir de esta encrucijada” y para ello sostuvo que “el punto de partida es la modernización del sector público”, que implica “lograr un genuino equilibrio fiscal con un sistema tributario no distorsivo, un sistema previsional sustentable y un Estado nacional sin programas nacionales que se superponen con funciones provinciales y municipales”.

IDESA concluyó su análisis asegurando que no abordar ese ordenamiento “es resignarse a la decadencia”, con oscilaciones “entre un dólar alto –que alivia a las empresas por las ineficiencias del Estado– o un dólar bajo –que alivia las tensiones sociales del empobrecimiento”.

 

Por NP