Buenos Aires, ene 16 (ANP).- El déficit financiero de 2020 superó el billón de pesos y su equivalente en términos del Producto Interno Bruto fue del 9,7%, aunque el resultado hubiera sido mucho peor si no se computaran las transferencias de $1,6 billón del Banco Central al Tesoro y los ajustes en las jubilaciones, los salarios públicos y el gasto de capital.
Así lo sostuvo la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en su informe sobre la Administración Pública Nacional (APN) que mostró que las rentas de la propiedad (adelantos y utilidades del Banco Central y, en menor medida, recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad previsional) fueron los únicos recursos con variación real positiva en el año, superando en un 126,6% a los de 2019.
En otras palabras, las transferencias de la autoridad monetaria fueron determinantes para evitar un desplome fiscal aún más profundo, ya que esos recursos tuvieron un aumento nominal anual de 7,9 veces y sin ellos, los ingresos totales, que tuvieron un aumento real del 8%, “hubiesen caído 16,7% año contra año”.
El año pasado estuvo marcado por el impacto que la pandemia de coronavirus y las restricciones del aislamiento social a la actividad económica tuvieron sobre la recaudación, con una incidencia mayor a la que en el sentido contrario se intentó impulsar con el impuesto PAIS (que no existía en 2019) y los aumentos en Bienes Personales, Derechos de exportación y Tasa de estadística, entre otros.
Según la OPC, esos cambios normativos “no evitaron el retroceso de los ingresos tributarios que, debido al contexto recesivo profundizado por la pandemia, disminuyeron 9,6% en términos reales”.
El análisis de las cuentas públicas cambia sustancialmente si e tienen en cuenta o no las transferencias del Banco Central al Tesoro, que en todo 2020 totalizaron $1.606.982 millones.
Así, los ingresos totales fueron de $5.889.310 millones, con un aumento nominal del 53,4% y real del 8%, pero si se excluyen los recursos del BCRA caen a $4.282.328 millones, con un incremento nominal del 11,5% y una caída del 16,7% en términos reales.
En cuanto al déficit primario $400.007 millones, se hubiera quintuplicado sin el aporte de Reconquista 266, elevándose a $2.006.989 millones, mientras que el financiero pasaría de $1.006.561 millones a $2.613.543 millones.
Entre otros aspectos destacados, la OPC señaló que los gastos primarios aumentaron 17,1% en términos reales, principalmente “por las erogaciones para enfrentar la crisis sanitaria desatada por la irrupción del Covid 19 y el incremento en los subsidios económicos”.
“El conjunto de medidas asociadas al COVID 19 implicó un gasto devengado de alrededor de $917.793 millones, sin el cual el gasto primario hubiera presentado una leve expansión de 0,2% en términos reales”.
De eso se desprende que las transferencias del Banco Central no estuvieron asociadas exclusivamente a los gastos extraordinarios originados por la pandemia, que en total representaron el 57,1% de las transferencias de la autoridad monetaria al Tesoro.
Por otra parte, el gasto en personal se redujo 8,9%, “concretando cinco años consecutivos de retroceso real”, indicó la OPC.
El incremento del déficit financiero del 5% del PIB en 2019 al 9,7% en 2020 se dio a pesar de “la baja relativa en el pago de intereses de la deuda” que “no alcanzó para limitar la brecha entre ingresos y gastos totales”.