Buenos Aires, (ANP)- Aunque los economistas vinculados al gobierno esperan que en 2024 el campo aporte por lo menos unos u$s20.000 millones más que el año pasado, la realidad indica que los efectos de la sequía y las adversidades climáticas no se han ido del todo. Por caso, la cosecha de trigo aportará menos de lo que se estimó al inicio de la presente campaña.
Así lo indica una encuesta realizada por los grupos Crea, la cual indica que refleja «el impacto de los eventos climáticos que provocaron un desastre productivo en el ciclo 2022/23 se mantuvo en el primer tramo de la campaña 2023/24″.
«En el caso de los cereales de invierno, la mayor parte de las regiones experimentaron pérdidas productivas respecto de los rendimientos esperados al inicio de la campaña. La proyección de los datos relevados a nivel nacional indica que la cosecha de trigo argentina 2023/24 sería de 13,7 millones de toneladas versus una cifra esperada a comienzos del ciclo de unos 17,5 millones de toneladas», señala el informe de Crea.
Con una cosecha fina que se proyecta regular, las empresas dependen en gran medida de la campaña de verano para recomponer su situación económica y financiera luego del desastre experimentado en el ciclo 2022/23.
En lo que respecta a las actividades de ganadería de carne, el 61% de los grupos CREA informó que cuenta con una producción de recursos forrajeros regular a mala, mientras que en el caso de los grupos lecheros esa proporción asciende al 82%.
De este modo, la situación obliga a realizar cambios en las dietas con un uso más intensivo de concentrados, lo que complejiza la gestión financiera de muchas empresas, además de retrasar la siembra de recursos forrajeros que deberían conformar las reservas del próximo invierno.