Buenos Aires, (ANP) – En la última licitación de bonos en pesos el equipo que comanda el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, no refinanció el total de los vencimientos. Según se informó oficialmente, el rollover llegó al 67% lo que implica que pagó $2,32 billones a bancos y fondos comunes, dato que hace un año podría haber generado una crisis, y que hoy era esperado por el mercado.
Hay que recordar que a lo largo del gobierno de Alberto Fernández estuvo constantemente en vilo el problema dele «muro de vencimientos», es decir, la acumulación de compromisos cada tres o cuatro meses que obligaban al estado a generar operación de reestructuración y evitar así que bancos, fondos comunes e inversores decidieran pedirle los pesos al Tesoro, lo que hubiera provocado una crisis hiperinflacionaria.
Ahora no es el caso: en la ultima licitación el Tesoro colocó deuda por $4,78 billones -con ofertas por $5,76 billones- frente a un total de $7,1 billones de vencimientos el 30 de septiembre. La Secretaría de Finanzas confirmó que la diferencia será cubierta con los pesos que el Tesoro mantiene depositados en la cuenta del BCRA.
Según señala la consultora Invecq, «el refinanciamiento por debajo del 100% fue considerado como una señal positiva por el gobierno, que ya había anticipado que esto era una posibilidad».
«Según su visión, los bancos están eligiendo sostener la expansión del crédito privado en lugar de financiar al sector público, frente a una mayor demanda de dinero», señala la consultora que dirige el economista Estaban Domecq.
El gobierno no quiere pagar tasas más altas
El reporte plantea que «si bien esto puede ser cierto, el hecho de que no hayan cubierto todos los vencimientos no necesariamente sea solo por este motivo; de hecho, los préstamos vienen creciendo hace meses y el rollover fue siempre superior al 100%». «Qué otra cosa pudo haber pasado? Que hayan desestimado ofertas para no convalidar una mayor tasa», indica el informe.
Invecq plantea que «el 84,3% de lo colocado fue vía LECAPs, entre las que se destacó la S31O4, con vencimiento más corto -al 31/10/24-, por $1,5 billones a una tasa efectiva mensual (TEM) de 3,75%. El resto lo constituyeron las letras con vencimiento 31/1/25 (S31E5), 14/2/25 (S14F5), 14/3/25 (S14M5), 28/4/25 (S28A5), 30/5/25 (S30Y5), 31/7/25 (S31L5) y 30/9/25 (S30S5), que convalidaron TEM algo menores a 4%».
«El 15,7% del financiamiento restante se captó a través de tres bonos:un BONTE con vencimiento 23/8/25 por $0,54 bn atado a CER, y dos BONCER con vencimientos 15/22/25 y 15/12/26, por $0,16 bn y $0,05 bn, con tasas nominales anuales (TNA) de 10,53% y 10,96%, respectivamente. En lo que refiere al rendimiento de las cuatro LECAPs nuevas, las tasas quedaron en línea con las de mercado -a diferencia de lo que ocurrió en la anterior licitación, donde se ofrecieron tasas superiores-«, dice el trabajo.
Suben las tasas de mercado
Al respecto,la consultora LCG señaló que «el incremento de préstamos y la intermediación gatilló un contexto inédito en los últimos años: la liquidez bancaria (fundamentalmente, la de algunos bancos privados) se está reduciendo, estimulando un incipiente incremento en las tasas de interés».
«Lógicamente, en un contexto de liquidez reducida, la competencia por tener fondos (tanto de privados como del
sector público) motiva una suba de tasas, y esa competencia se tradujo en una menor suscripción de instrumentos de deuda
soberana, respecto de los vencimientos de estos días», indicó LCG.
La consultora señala que la menor suscripción de bonos en pesos de parte del mercado «era algo que el gobierno ya descontaba». «Lo paradójico es que este tipo de reducciones de liquidez, comandado por la demanda de crédito, suele darse con economías vigorosas, y los datos están mostrando señales más bien tímidas en cuanto a actividad», dice el informe.
LCG indica que «el sector público no parece estar incurriendo en un crowding out con déficits fiscales, sino más bien un ejercicio de administración de pasivos». «Por lo pronto, consideramos que la suba de tasas, por el momento, estará limitada a una actividad económica todavía menguada», plantea al reporte.