El otorgamiento del nuevo instrumento financiero que permitirá a los productores de soja acceder a un dólar a una cotización superior a la que perciben en la actualidad (aunque aún inferior a la de los mercados financiero y paralelo) dio lugar a reclamos de diferentes economías regionales, debido a las dificultades que enfrentar para exportar por lo que consideran una apreciación del tipo de cambio que les resta competitividad.
Al respecto, desde las provincias vitivinícolas surgió la propuesta de un “dólar vino”, a fin de que esa producción pueda acceder a mecanismos similares a los habilitados para los productores sojeros, atentos a la caída en un año del 21% en el poder de compra de precio del vino.
Al respecto, un informe de la regional Mendoza de la Fundación Mediterránea advirtió que “en vinos no se ha observado el notorio impulso exportador observado en productos pampeanos”, debido a que la producción regional “no ha tenido la suerte de un fuerte incremento en sus precios de exportación”.
“El gran problema es la pérdida de competitividad, especialmente por un dólar oficial que se ha rezagado con respecto a la inflación”, además de “otros problemas como la escasez de insumos debido a las restricciones para importarlos”.
El informe del IERAL admite que “dada la escasez de divisas en el Banco Central, no resultará sencillo resolver estos problemas en los próximos meses” y por tal razón “surgen los reclamos por menores retenciones y por un dólar más razonable para exportar”.
“El Banco Central tiene el privilegio de comprar dólares oficiales baratos, a costa de los exportadores”, señaló el trabajo elaborado por Gustavo Reyes y Jorge Day, en el que precisan que “ante esta situación, algunos, como los de la Región Pampeana, optan por demorar las ventas al exterior, esperando tiempos (o dólares) mejores”, una postura que la mayoría de las economías regionales no está en condiciones de llevar a la práctica.
Ante la habilitación del nuevo mecanismo para los sojeros, los economistas de la Mediterránea plantearon: “si se beneficia a un sector, ¿por qué no a los demás, en especial al vino, principal producto exportado de Mendoza?”
“En realidad, la existencia de muchos dólares es una locura. Pero el planteo del dólar “vino” es un claro indicio de que se están complicando las exportaciones mendocinas de vinos”, alertaron.
En un repaso de la dinámica sectorial, Reyes y Day indicaron que “se exporta todo tipo de vinos, y los que predominan son los varietales fraccionados, destacándose el Malbec en botella”, que se estancaron en la segunda década del siglo y luego de la pandemia “se mantienen relativamente estables”.
“Su dinámica reciente difiere notoriamente de los productos agroindustriales pampeanos, con mayores precios de exportación en los dos últimos años, y también con mayores cantidades exportadas”, sostuvieron.
Ese estancamiento, aseguraron, obedeció a “problemas internos”, ya que Brasil, que era uno de los principales importadores de vinos argentinos, se volcó a las compras a Chile y países europeos.
Entre esos factores internos, “el primero es la dinámica del dólar oficial”, reflejada en que “el precio promedio de exportación del vino varietal fraccionado ha tenido una leve suba en dólares en lo que va del 2022, pero el problema está en el dólar oficial que se ha rezagado con respecto a la inflación”.
“Tomando en cuenta ese indicador, se observa que el poder de compra de ese precio del vino ha caído un 21% en un año”, manifestaron.
Por otra parte, se le suman otros factores como el mayor aumento de precios de la uva, luego de las bajas cosechas y los menores stocks vínicos, los incrementos en los precios de insumos y maquinarias, especialmente los importados y que se sigue con las restricciones tanto a la importación de insumos como a la exportación de vinos.