Las dilaciones en alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) parten de una realidad al término del segundo trimestre, ya que con el reciente informe del resultado fiscal de junio quedó en claro que los desvíos en el cumplimiento de todas las metas pactadas para ese período fueron «abismales», de acuerdo con el calificativo dado por la consultora Invecq.
«La situación es sumamente delicada y el tiempo apremia», alertó la entidad presidida por Esteban Domecq, debido a que no solo «no se cumplió ninguna de las metas claves acordadas con el Fondo para el II-«, sino que, además, «la situación siguió deteriorándose en julio y las reservas netas ya son negativas en US$ 7.500 millones», en tanto «el nuevo acuerdo no se cierra y Argentina debe pagarle al FMI más de US$ 3.000 millones entre el 31 de julio y el 1 de agosto».
En materia de reservas internacionales, las netas debían alcanzar los US$ 9.077 a fines de junio y a pesar del Dólar Agro y el endurecimiento de las restricciones cambiarias, cerraron en torno de un nivel negativo de US$ 5.300 millones, lo que muestra una diferencia «abismal», ya que «se incumplió por más de US$ 14.000 millones», subrayó.
La pérdida de más de US$ 24.000 millones de la cosecha de trigo, maíz y soja por la sequía tuvo una incidencia central, con una caída de más del 20% en las exportaciones, admitió.
El déficit primario del sector público trepó a $611.700 millones en junio y llegó al $ 1.880.700 millones en el primer semestre, incumpliéndose por casi $ 700.000 millones la meta de $ 1.181.400 millones.
«Gran parte del deterioro fiscal se explica por el desplome de los ingresos, que cayeron 9,3% anual durante los primeros seis meses del año en términos reales», indicó la consultora, que reiteró en este caso el rol de la sequía, ya que los derechos de exportación se contrajeron 54,3%. al descontar la inflación.
Pero el recorte del gasto «no fue suficiente» para Invecq, ya que las erogaciones primarias se redujeron un 6% real promedio en el, principalmente por el ajuste en las prestaciones sociales. Pero el ritmo del recorte fue bajando de manera constante, con bajas reales del 17,2% en marzo, 9,6% en abril, 7,4% en mayo y 2,7% en junio.
«Es paradigmático el caso de los subsidios económicos, que pasaron de contraerse casi 35% real durante febrero-abril -en promedio-, a crecer 14,5 puntos por encima de la inflación en mayo-junio», remarcó.
Respecto al financiamiento por parte del Banco Central, luego de siete meses consecutivos (agosto 2022-febrero 2023) en los que el Tesoro no recurrió a su asistencia, «volvió a ‘encenderse la maquinita'» y la autoridad monetaria le envío $1.358.000 millones en concepto de Adelantos Transitorios entre marzo y junio.
«De esta manera, el Gobierno incumplió con creces la meta acordada con el Fondo, que permitía un financiamiento directo de $372.800 millones en el primer semestre (la asistencia fue un 264% superior)», advirtió Invecq.
La entidad señaló al respecto que «la mayor emisión para el Fisco es la contracara del deterioro fiscal, pero también de la situación crítica en materia de reservas y la postergación del desembolso del FMI pactado para junio», razón por la que el BCRA le giró al Tesoro $688.000 millones al 30 de junio (el 56% de la asistencia de II-T), para que el Ministerio de Economía pueda comprarle yuanes al Central y cancelar el vencimiento de capital con el organismo internacional por casi US$ 2.700 millones.
«Como si fuera poco, la situación en julio continuó deteriorándose: el BCRA acumula ventas por US$ 1.184 millones en el MULC, y las reservas netas ya están en torno a los –US$ 7.500 M -según la metodología del FMI-; es decir, en tan solo tres semanas cayeron más de US$ 2.000 millones», planteó.
Además, el Tesoro volvió a necesitar del financiamiento monetario del BCRA: entre el 7 y 17 de julio ya recibió $590.000 millones en concepto de AT y Transferencias de Utilidades (parte de ello se explica por el pago de cupones de los bonos soberanos en dólares, para lo que el Tesoro realizó la misma maniobra que a fines de junio con el pago al Fondo).
«En este delicado contexto se enmarcan las actuales negociaciones con el FMI, que se dilataron mucho más de lo que pensaba -con bastante optimismo- el Gobierno», resumió Invecq, que concluyó citando «trascendidos» de un pedido de «un mayor ajuste fiscal» por parte del FMI y «un salto discreto del tipo de cambio oficial; lo que, desde el oficialismo, no ven con buenos ojos estando a tres semanas de las PASO».