El Gobierno deberá recurrir a nuevos recortes al gasto para cumplir con la meta de déficit del 2,5% del PBI acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que las proyecciones en base a las medidas adoptadas sólo alcanzan para un 2,91%, de acuerdo con las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).

En su último análisis, la entidad dirigida por Nadín Argañaraz precisó que “para alcanzar la meta fiscal de un resultado primario del -2,5% del PIB en 2022, se requiere un esfuerzo fiscal de 0,89 punto porcentual del PIB, a realizarse totalmente en los últimos cinco meses del año”.

De ese porcentaje, se podrían obtener 0,13 pp del anticipo adicional, que aportaría al Tesoro Nacional recursos equivalentes a $100.000 millones; 0,18 pp por la segmentación de tarifas, que permitiría bajar el gasto en $139.500 millones y 0,17 pp por la reducción del gasto de la decisión administrativa 826, con $128.000 millones.

“En conjunto, las medidas anunciadas hasta ahora aportarían $367.500 millones, equivalentes a 0,47% del PIB. Esto significa que aún restaría un incremento en los ingresos, reducción de gastos o combinación de ambos por 0,41% del PIB”, indicó IARAF.

De los $367.500 millones de recursos extras que el gobierno pretende obtener con las medidas anunciadas, un 73% está explicado por recortes del gasto y un 27% por mayores ingresos derivados del anticipo posible de ganancias.

Pero para que el gobierno nacional reciba estos ingresos de ganancias, los anticipos necesarios serían de $250.000 millones, ya que un 60% va a las provincias por ser un impuesto coparticipable.

“Por ende, sumando todo el esfuerzo, el monto extra de recursos es de $517.500 millones”, planteó, lo que hace que “hasta ahora, el esfuerzo se divida un 50% por mayores ingresos (anticipo) y un 50% por menores gastos”.

IARAF consideró que “seguramente el gobierno va a continuar tomando medidas orientadas a cumplir con la meta fiscal” a fin de cerrar 2022 con la meta cumplida.

Al respecto, mencionó “un punto no menor” y es que “cuando se firmó el acuerdo en marzo, se estimó un déficit primario de $1.758.600 millones en base a un PIB de $70.520.000 millones”.

“Dado el aumento de la nominalidad de la economía, es posible que el PIB ronde los $80.000.000 millones, es decir que sea un 13% más alto que el considerado”, añadió.

Por lo tanto, “si los ingresos siguen al PIB, se genera un espacio fiscal para reducir el déficit en términos del PIB, que implica aumentar el gasto por debajo de la mayor nominalidad de la economía”, advirtió.

“De este menor gasto real podría surgir un aporte extra de recursos: En concreto, la diferencia entre ambos PIB es del orden de $235.000, que es el monto sobre el que el gobierno puede obtener recursos adicionales para seguir avanzando en la búsqueda de un déficit primario del 2,5% del PIB en todo el 2022”, completó.

Nuevamente, la “nominalidad” (inflación) hará su aporte a la contabilidad oficial.

Por NP