BUENOS AIRES (ANP).- Se sabe que China ya no es el país más poblado del mundo y que fue superado por la India. Ahora, el gobierno de Beijing comenzó a implementar la política de los “tres hijos” para tratar de hacer frente a la caída de la tasa de natalidad que afecta duramente los números de su economía.

En 2023 China perdió casi 2,1 millones de habitantes y registró 9,02 millones de nacimientos, el dato más bajo desde que hay registros. La diferencia de siete millones de nacimientos más que muertes es baja para como venían las estadísticas.

Desde el año pasado el país más poblado del mundo es la India, con aproximadamente 1.443 millones de habitantes, lo que refleja un crecimiento continuo en comparación con años anteriores.

La población de China se estima en torno a los 1.425 millones de habitantes luego de la política del “hijo único”, implementada en 1979 y vigente hasta 2015.

Esta política de “hijo único”, tuvo varios efectos profundos en las familias chinas entre los que se destacan un desequilibrio de género por la preferencia cultural por los hijos varones, lo que llevó a muchas familias a abortar fetos femeninos.

En 2016, por ejemplo, había casi 34 millones más de hombres que mujeres en el país.

La preferencia por el “hijo varón”, además, se evidenció en el aumento en el número de niñas abandonadas o enviadas a orfanatos.

Las brumosas estadísticas chinas también registran una proporción mayor de mujeres entre las víctimas de infanticidios.

El plan impulsado por el gobierno de Beijing desde fines de la década del ‘70 generó un evidente envejecimiento de la población, lo que redujo, además, la cantidad de jóvenes para cuidar a los ancianos, así como el gradual resentimiento sobre el sistema de apoyo social y económico.

Quienes estudian el fenómeno de la política china también señalan el impacto psicológico y social entre los hijos únicos que son los que deben cuidar a sus padres en la vejez, sin ayuda.

La introducción de la Política del Hijo Único entre 1979 y 2015 se implementó con el objetivo de frenar el rápido crecimiento de la población que podría impactar sobre los crecientes índices económicos del país.

Se estima que esta política evitó el nacimiento de aproximadamente 400 millones de personas.

Las generaciones más jóvenes, especialmente aquellas nacidas después de los años ‘90, parecen no tener entre sus prioridades a los hijos, en contraste con las generaciones anteriores.

En 2015, al comenzar a registrar un retardo en la tasa de natalidad y un aumento en el envejecimiento de la población, el gobierno de China apoyó la Política de Dos Hijos que resultó insuficiente.

El trajín de la vida moderna llevó a que las parejas opten por no tener más hijos debido a los altos costos de vida y a las presiones económicas.

Desde 2021, el gobierno de Xi Jingpin impulsó la llamada “Política de los Tres Hijos” para abordar el rápido envejecimiento de la población y los desafíos económicos asociados.

Sin embargo, al día de hoy persisten dudas sobre su efectividad debido a los altos costos de la crianza y a las presiones sociales.

De hecho, dos años después de ser implementada, China perdió el primer lugar del podio de los países más poblados a manos de la India.

Según dejan trascender algunos medios de occidente, la política de los tres hijos fue denunciada por violar los derechos reproductivos de las mujeres.

Eso no parece importar en las altas esferas chinas: En uno de sus últimos discursos ante el Congreso del PC, Xi Jimping subrayó la importancia de la maternidad como una responsabilidad pública, lo que refleja la prioridad que el Partido Comunista le otorga al aumento de la tasa de natalidad, que actualmente es una de las más bajas del mundo, con un índice de fertilidad estimado de 1.0.

Por NP