BUENOS AIRES (ANP) .- El gobierno australiano resolvió restringir la inmigración de estudiantes extranjeros para paliar, entre otros aspectos, la suba del precio de las viviendas y la avivada de muchos jóvenes que aplicaban para una visa universitaria y se quedaban a vivir.
Desde las universidades ya expresaron su disgusto por la medida que le quita al país la etiqueta de uno de los destinos más importantes para los estudiantes extranjeros.
En ese sentido, apuntaron que la llegada de nuevos inscriptos constituye una industria de US$ 50.000 millones anuales: es el segundo sector económico más grande de Australia después de la minería.
Sin embargo, desde el Gobierno apuntan hacia varios objetivos: frenar la inmigración que dejaron ingresar para llenar las vacantes abiertas durante la pandemia de Covid 19; intentar contener el precio de la vivienda y sostener el uso de infraestructura que comenzó a ser sobrepasada.
De acuerdo con el plan ideado desde Canberra, el país permitirá la entrada de solamente 275.000 estudiantes extranjeros que se sumarán a los más de 750.000 que ya están anotados en las casas de altos estudios del país.
Aunque la decisión no es cerrar por completo las puertas de las universidades, sí existe la pretensión de llevar el número de estudiantes extranjeros a los niveles anteriores a la pandemia. De manera no explícita, el Gobierno también busca erradicar los casos en los que los extranjeros usan las visas de estudio como excusa para viajar a Australia y quedarse indefinidamente.
Según cifras oficiales, en la actualidad hay un 10% más de estudiantes internacionales en las universidades estatales australianas que antes de la pandemia. Entre los privados, ese número trepa al 50%.
El sitio Universities Australia, en su planteo contra la restricción, advirtió que “tener menos estudiantes aquí solo ampliará la brecha de financiación en un momento en que las universidades necesitan mayor apoyo.»