BUENOS AIRES (ANP) Ninguno de los tres candidatos presidenciales con mayores probabilidades de ser elegidos podrá eliminar el cepo cambiario en el corto plazo, a riesgo de generar en forma brusca una hiperinflación que comprometa la estabilidad y continuidad del gobierno que surja de los comicios, aunque de todos modos deberá encarar cierta flexibilización de las restricciones.
El pronóstico fue formulado por el director de la consultora Economía & Ética, Diego Giacomini, en un análisis en el que advirtió que el crecimiento de los depósitos en pesos que hubo en términos reales desde las elecciones de hace cuatro año no guarda relación con la evolución de la actividad económica ni la de la base monetaria.
Para explicarlo, Giacomini distinguió al cepo concebido como «el tipo de cambio dibujado y la limitación que existe para poder comprar dólares libremente» de lo que denominó «cepón» que incluye además, «todo el aparato ‘policial’ y coercitivo de la Secretaría de Comercio, el BCRA y la AFIP que impide hacer MEP y CCL libremente y que, además, pone obstáculos para importar libremente para producir».
A diferencia de los tiempos de los ex presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem, que tuvieron «fogonazos hiperinflacionarios» respectivamente en el final y el comienzo de sus mandatos, los cambios tecnológicos permiten llevar a cabo esa suma de restricciones que representa el «cepón», que es el que «contiene artificialmente la demanda de dinero e impide que se desplome evitando que haya una
hiperinflación» como la de hace poco más de tres décadas.
No obstante, agregó, «los fundamentos y condiciones monetarias están dadas para que la demanda de dinero se desplome y, en consecuencia; pueda haber una hiperinflación parecida a las de 1990 y 1989. Y es justamente por esto último que ni Massa, ni Milei, ni Patricia Bullrich abrirán el Cepo de un día para otro como lo hizo Macri al comienzo de su mandato».
«Al menos por ahora, ninguno de los tres candidatos tendría reputación, credibilidad, ni respaldo político para poder bancar el contexto político, social y económico que se daría con un fuerte desplome de la demanda de dinero y el consecuente fogonazo hiperinflacionario que tendría lugar posteriormente con una total liberalización de la economía», aseguró.
Sin embargo, advirtió que «el próximo presidente deberá flexibilizar en alguna medida el cepón», además de reducir algunas distorsiones de precios relativos y también sincerar otros precios.
«Todo esto inexorablemente conducirá a un tipo de cambio real más alto, pero también más inflación» que durante varios meses se mantendrá en dos dígitos mensuales, aunque momentáneamente a salvo de la híper.
Al respecto, Giacomini indicó que «si se levantara el cepo en un día, el resultado más probable sería un escenario hiperinflacionario que ninguno de los potenciales futuros presidentes está dispuesto a enfrentar», lo que lleva a enfrentarse a un dilema, ya que «nadie levantará el cepo en forma de shock» pero no levantarlo, a su vez, «es un error que lleva a malos resultados».
En su análisis, precisó que «el dinero en bancos (efectivo en sucursales más encajes en BCRA) cae 59 puntos porcentuales, mientras que el efectivo en poder del público se reduce 26 puntos porcentuales en términos reales cuando se compara agosto 2023 contra octubre 2019», lo que evidencia «una supina inconsistencia en el mercado monetario en general y en el sistema bancario en particular».
De esto deriva que «hay cada vez más depósitos, hay cada vez más depósitos a plazo fijo privados que presentan alta probabilidad de ser retirados, pero los bancos tienen cada vez menos dinero para hacer frente a ese potencial retiro».
«Los depósitos totales del sector privado crecen 42% contra octubre 2019, mientras que el dinero de los bancos para responder frente a un potencial éxodo de dichos depósitos ha caído 59%; es decir, hay un gap que en la película asciende hasta aproximadamente 100 puntos porcentuales que el BCRA debería emitir ante una potencial corrida masiva contra los depósitos».