BUENOS AIRES (ANP).- En 2002, cuando la crisis económica por el «corralito» todavía castigaba a los argentinos y aún no existía la famosa «grieta» en el país, hubo una noticia que tuvo en vilo a muchísima gente durante varios días, cuando se supo que el padre de un queridísimo actor había sido secuestrado para pedir rescate.

En este punto hay que aclarar que Pablo Echarri no siempre fue el ultra kirchnerista que conocemos hoy, amado por un lado de la grieta y vituperado por la otra mitad, que le critica desde sus dotes actorales hasta sus profundas ojeras. En 2002 era un joven actor admirado por una multitud de mujeres y respetado por los demás. Aunque en ese momento todavía no había hecho la exitosa y estrambótica telenovela «Resistiré», se había vuelto una cara conocida gracias a «Los buscas de siempre».

Pero el 24 de octubre de aquel año sufrió una de las peores pesadillas que puede soportar un ser humano, cuando su padre fue secuestrado del kiosco de revistas que tenía en Avellaneda. Empezarían días terribles para Echarri -muy probablemente los peores de su vida- cuando debió ponerse al frente de la negociación con los delincuentes. El 29 de octubre -hoy se cumplen 20 años- los medios informaron que había pagado un rescate de $ 180.000, en ese entonces una cifra enorme, y al día siguiente se supo con alivio que Antonio Echarri había sido liberado sano y salvo.

Sin embargo, la tremenda historia dejó varios temas para la reflexión. Uno de ellos fue el papel que jugó la prensa amarillista que llegó a difundir un audio donde se escuchaba al joven actor hablando con los secuestradores y llorando desesperadamente, suplicándoles que no mataran a su padre, lo que sin duda puso en riesgo la seguridad de don Antonio.

Pero el capítulo culminante del rol de los medios fue el tratamiento que hizo de la noticia el ya fallecido Mauro Viale, quien no tuvo mejor idea que mantener una conversación telefónica al aire con una supuesta fuente policial, dando a entender que los captores habían asesinado a don Antonio. Ese golpe de impacto televisivo le dio varios puntos de rating a Viale, pero para los Echarri significó muchas horas de un sufrimiento inimaginable. El actor nunca perdonó a Viale por lo que hizo, y con toda la razón, por lo que jamás volvió a hablar con el polémico periodista.

Años después de aquel drama, el caso Echarri seguía siendo analizado cada tanto por periodistas y panelistas sin otra cosa útil que hacer, quienes incluso llegaron a opinar sobre si era o no responsable negociar con secuestradores. Y para dilucidar la cuestión, ¿qué mejor que preguntar también a los que sufrieron eso en carne propia?.

Uno de los consultados fue el «Corcho» Rodríguez, el empresario que alguna vez fue pareja de la diva Susana Giménez y que se vio envuelto en más de un tema policial, siendo el más reciente su indagatoria por el caso Odebrecht, donde está sospechado de haber sido intermediario en el pago de coimas.

El padre de Rodríguez fue secuestrado un año después que el de Echarri aunque al parecer en este caso no hubo ni siquiera un amague del empresario por pagar rescate, si bien el pobre hombre afortunadamente fue liberado después de 43 días de cautiverio en un operativo policial cinematográfico.

Tiempo después, al ser consultado para un programa especial, Rodríguez recomendó cómodamente apoyado en el respaldo de su silla que de ninguna manera había que pagar rescates, porque eso solo alimentaba la industria del secuestro.

Al respecto, Mauricio Macri opinó en el mismo informe periodístico sobre esa recomendación de Rodríguez. El expresidente señaló que si bien era cierto que los rescates solo alentaban a los delincuentes, no resulta tan sencillo pensar en esos términos fríos cuando un ser amado se encuentra en manos de personas inescrupulosas.

Cabe recordar que Macri no solo sufrió el secuestro en carne propia en 1991, sino que en 2003 tuvo que ponerse al frente de la negociación para rescatar a Florencia, su hermana de 19 años. El clan Macri no dudó ni un instante en negociar en privado, sin casi dar lugar a la policía, porque la prioridad era la vida de la joven y no el dinero, que nunca fue hallado.

Afortunadamente, el tiempo lo cura casi todo y mucha agua corrió bajo el puente desde entonces. Antonio Echarri murió en 2009 de una afección pulmonar rodeado del amor de su familia, y el papá de Corcho Rodríguez murió en 2018, después de acercarse nuevamente a su hijo tras una relación complicada. Florencia Macri, que hoy es cineasta y diseñadora, vive en Miami donde es empresaria de indumentaria.

Para el protagonista de esta historia el tiempo también trajo sosiego. Pablo Echarri cerró el capítulo de su rencor hacia Mauro Viale en 2021, cuando se conoció la noticia del fallecimiento del periodista debido al covid. Echarri dejó de lado lo vivido en aquellos difíciles días y utilizó las redes sociales para escribir un sentido mensaje por la muerte de Viale, lamentando a su vez todas las vidas que se estaba cobrando la maldita pandemia.

 

Por NP