BUENOS AIRES (ANP).- La propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de reubicar a más de dos millones de palestinos fuera de Gaza, calificada de “limpieza étnica” por la ONU, reaviva la Yihab (guerra santa) lanzada por el fundamentalismo islámico contra Israel.
Otra vez el magnate neoyorquino rompe el molde con una polémica iniciativa. Antes habló de la reconquista del Canal de Panamá, de cambiar el nombre del Golfo de México, de cobrar aranceles a las importaciones de México y Canadá, y de retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En solo 17 días, el líder republicano ha conmovido al mundo, tras tomar posesión de su segundo mandato el 20 de enero pasado, prometiendo hacer grande otra vez a Estados Unidos.
Como era de esperar, Israel ya anunció que entregará Gaza a la Casa Blanca. Por eso, más allá de sus intenciones benefactoras, Trump parece estar regresando a los tiempos infames del imperialismo yanqui, cuando en el siglo pasado Washington se enfrascó en la Guerra de Vietnam y apoyó a varias dictaduras militares latinoamericanas.
Muchas veces prometió que no enviaría tropas a una guerra. En cuanto a Gaza aseguró que no necesitará soldados para llevar a cabo su iniciativa, definida como una suerte “milagro” que traerá prosperidad y paz para una de las zonas más convulsionada del mundo.
El grupo fundamentalista Hamas, que perpetró la matanza del 7 de octubre de 2023 en el sur israelí, en la que murieron 1.200 personas y fueron secuestradas otras 250, dando origen a la guerra en Gaza, rechazó tajantemente el plan estadounidense, aprobado en Washington junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
“Los palestinos no renunciarán a su tierra, a sus derechos y a sus lugares sagrados. Gaza es parte integral del Estado palestino”, dijo el presidente palestino, Mahmud Abbas.
El mandatario (foto) volvió a recordar que su gobierno quiere proclamar la capital de su futuro Estado en Jerusalén Este, con las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que Israel cuadriplicó su territorio.
El líder de la Autoridad Nacional Palestina, de 89 años, insistió en que la Franja de Gaza es parte integral de Palestina, junto a Cisjordania y Jerusalén Este.
Egipto y Arabia Saudita, dos actores importantes en Medio Oriente, el primero por su exitoso tratado de paz con Israel en 1979, y el segundo por ser un aliado de Washington contra Irán, también rechazaron la propuesta del presidente estadounidense.
A las críticas contra Trump se sumaron la Liga Árabe, Rusia, China y las Naciones Unidas. Francia y Egipto, por su parte, consideraron que el eventual desplazamiento de palestinos de su territorio soberano consistiría en una “violación grave del derecho internacional”.
Por lo demás, el plan estadounidense para hacer una suerte de “Riviera de Medio Oriente”, con el fin de atraer el turismo, reaviva el odio de los fundamentalistas islámicos contra Israel.
Y tampoco a nadie escapa que el ofrecimiento de Trump pone en riesgo el cese el fuego entre Israel y Hamas, iniciado el 19 de enero en ese enclave palestino.