BUENOS AIRES (ANP) La inversión mundial en energía en el mundo superará en 2024 los US$ 3 billones y de ese monto dos tercios se destinarán a tecnologías e infraestructuras de energía limpia (solar fotovoltaica, hidráulica, eólica y nuclear, entre otras), pero con una marcada dispersión regional, ya que gran parte de los recursos se centrarán en China y la Unión Europea, según informes de la Agencia Internacional de Energía (IEA).

La entidad advirtió que América Latina -que siempre se caracterizó por contar con una proporción de renovables superior a otras regiones- corre el riesgo de perder posiciones relativas debido a que muchos de sus países atravesaron en la última década períodos de alta inflación y de elevados endeudamientos, que dificultan las inversiones a largo plazo, características del sector.

«A medida que la era de los préstamos baratos llega a su fin, ciertos tipos de inversión se ven frenados por los mayores costos financieros. Sin embargo, el impacto en la economía del proyecto se ha visto parcialmente compensado por el alivio de las presiones en la cadena de suministro y la caída de los precios», señaló IEA, que destacó por otro lado que «los costos de los paneles solares han disminuido un 30% en los últimos dos años, y los precios de los minerales y metales cruciales para las transiciones energéticas también han caído drásticamente, especialmente los metales necesarios para las baterías».

En el informe anual World Energy Investment, se estimó que este año las inversiones en energía limpia se acercarán a los US$ 320 mil millones, un 50% más que en 2020, aunque en el mismo lapso el crecimiento en China fue del 75%.

Asimismo, puso de relieve «los avances en India, Brasil, partes del Sudeste Asiático y África», que «reflejan nuevas iniciativas políticas, licitaciones públicas bien administradas y una infraestructura de red mejorada».

«Sin embargo, es necesario hacer mucho más», advirtió la entidad, que aclaró que «en la mayoría de los casos, este crecimiento proviene de una base muy baja y muchas de las economías menos desarrolladas se están quedando atrás», al punto que para este año «se espera que la proporción de la inversión mundial en energía limpia en los mercados emergentes fuera de China se mantenga en torno al 15% del total», una proporción que se ubica «muy por debajo de las cantidades necesarias para garantizar el pleno acceso a la energía moderna y satisfacer la creciente demanda de energía de manera sostenible».

Se prevé que la inversión del sector energético en tecnología solar fotovoltaica supere los US$ 500 mil millones en 2024, superando a todas las demás fuentes de generación combinadas, luego de que en 2023 «cada dólar invertido en energía eólica y solar fotovoltaica produjo 2,5 veces más energía que un dólar gastado en las mismas tecnologías una década antes», remarcó IEA, que indicó al respecto que «en 2015, la proporción entre energía limpia e inversiones constantes en energía basada en combustibles fósiles fue aproximadamente de 2:1», pero para este año «se prevé que esta proporción alcance 10:1».

«El aumento del despliegue de energía solar y eólica ha hecho bajar los precios mayoristas en algunos países, en ocasiones por debajo de cero, particularmente durante los períodos pico de generación eólica y solar. Esto reduce el potencial de ganancias en el mercado spot para los productores y resalta la necesidad de inversiones complementarias en flexibilidad y capacidad de almacenamiento» explicó.

La Agencia puntualizó que «las redes se han convertido en un cuello de botella para las transiciones energéticas», aunque rescató que «la inversión está aumentando: después de estancarse en alrededor de US$ 300 mil millones por año desde 2015, se espera que el gasto alcance los US$ 400 mil millones en 2024, impulsado por nuevas políticas y financiamiento en Europa, Estados Unidos, China y partes de América Latina».

En ese sentido, precisó que «las economías avanzadas y China representan el 80% del gasto mundial en redes», en tanto «la inversión en América Latina casi se ha duplicado desde 2021, especialmente en Colombia, Chile y Brasil, donde el gasto se duplicó solo en 2023», si bien «la inversión sigue siendo preocupantemente baja en otros lugares».

Las inversiones en almacenamiento de baterías están aumentando y se espera que superen los US$ 50 mil millones este año, pero con un gasto «muy concentrado», alertó IEA, al punto que el año pasado «por cada dólar invertido en almacenamiento de baterías en las economías avanzadas y China, solo se invirtió un centavo en otras  economías emergentes».

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Por NP