BUENOS AIRES (ANP).- Si algo demuestran los 75 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es que la mirada de Occidente estuvo por lo general pendiente de Rusia, antes durante la Unión Soviética, hoy con la invasión de Ucrania bajo el gobierno de Vladimir Putin.
La guerra en Kiev, iniciada el 24 de febrero de 2022, ha revolucionado la visión que tenía la Alianza Atlántica sobre supuestos escenarios bélicos, y ha puesto de nuevo a Moscú como a su principal enemigo militar.
La OTAN, definida como una liga “obsoleta” por el expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), le teme –entre otras cosas- a uno de los sueños más difundidos por el propio Putin: la idea de crear la “Gran Rusia”.
Mientras se espera que en el futuro Ucrania sea parte de la Alianza Atlántica, Kiev pide desesperadamente a Bruselas más sistemas de misiles “Patriot”, para detener la superioridad rusa en el campo de batalla.
El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, hablando en Bruselas por el 75 aniversario de la asociación, señaló: “Yo creo que Estados Unidos y Europa deben permanecer unidos, porque nosotros somos más fuertes y seguros juntos”.
La situación es de tal gravedad que Alemania va a reestructurar sus fuerzas armadas, llamadas “Bundeswehr”, con el fin de “prepararse para la guerra”, informó esta semana el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius.
Meses después de la invasión de Ucrania, el jefe de Gobierno Olaf Scholz rectificó la Constitución para modificar las reglas de la exportación de armas, ya que después de la Segunda Guerra Mundial Berlín se había comprometido a no suministrar armamento a ninguna de las partes en conflicto.
Ucrania, sin embargo, fue la excepción. Pero además el socialdemócrata Scholz creó un fondo de más de 100.000 millones de dólares para destinar a la defensa el 2% de su PBI, tal como demanda la carta de la OTAN, informó la agencia alemana de noticias DPA.
Después de la invasión rusa de Ucrania, Alemania se convirtió en el segundo exportador de armas a Kiev detrás de Estados Unidos, tras enviar tanques, blindados, municiones y sistemas de defensa antiaérea.
Pero, a pesar de la presión y las críticas, Berlín se negó a entregar misiles Taurus, de un alcance de hasta 500 kilómetros, por temor a que se utilicen para atacar territorio ruso.
Rusia y la OTAN están en “una confrontación directa”, admitió esta semana el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Sin embargo, todo podría cambiar si el expresidente Trump gana las elecciones del 5 de noviembre, ya que el magnate neoyorquino prometió cortar la ayuda militar a Kiev.
La OTAN, una alianza europea-estadounidense, fue fundada por doce países, incluidos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia, el 4 de abril de 1949. Actualmente cuenta con 32 miembros, tras los ingresos de Suecia y Finlandia.
“Con Trump en la presidencia, es probable que su relación con la OTAN y su enfoque hacia la ayuda a Ucrania tengan repercusiones significativas en la seguridad y la estabilidad en Europa, así como en la cohesión de la Alianza Atlántica”, dijo el analista Gustavo Cardozo.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, el investigador señaló que “la percepción de Trump como un líder que adopta una postura más amistosa hacia el presidente ruso podría también afectar la cohesión y la credibilidad de la OTAN”.
“Putin es visto como una amenaza para la estabilidad en Europa, debido a la expansión militar de Moscú, su intervención en conflictos en países como Ucrania y Georgia (agosto de 2008), y sus intentos de desestabilizar a las democracias occidentales, a través de campañas de desinformación y ciberataques”, dijo Cardozo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Regional del Noroeste del Estado brasileño de Rio Grande do Sul (UNIJUÍ).
Advirtió, además, que “si Trump decide cortar o reducir la ayuda a Ucrania en su segundo mandato, esto podría debilitar la posición de Ucrania frente a Rusia y socavar los esfuerzos de la OTAN para contrarrestar la influencia rusa en Europa del Este”.
A fines de febrero, el presidente de Francia Emmanuel Macron desató una polémica internacional al señalar que no hay que excluir la posibilidad de enviar soldados occidentales a Kiev para apoyar a Ucrania.
Por ahora, sin embargo, no hay consenso para mandatar tropas. De todos modos Macron señaló: “Haremos todo lo posible para evitar que Rusia gane esta guerra. Estamos convencidos de que la derrota de Moscú es necesaria para la seguridad y la estabilidad de Europa”.
Aunque intervino en la Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991), la Guerra de kosovo (1999) en la exYugoslavia, en Afganistán contra los talibanes (2001) y en Libia durante la caída del coronel Muammar Kadafi (2011), entre otros hechos, el objetivo principal de la OTAN estuvo detrás de lo que hiciera Rusia.