BUENOS AIRES (ANP).- El Ministro de Economía, Sergio Massa, aterrizó hoy en China tras un extenso y criticado vuelo para encabezar una misión que es vista por varios expertos como una jugada irrelevante que reportará poco o ningún beneficio al país, pero que en cambio seguramente derivará en exigencias de obras públicas por parte del Gobierno de Xi Jinping.
La misión que cumplirá Massa es prácticamente la última carta que se juega no ya el Gobierno de Alberto Fernández, sino el peronismo en pleno para no perder las elecciones PASO en agosto, algo que no solo parece inevitable sino que además podría ocurrir por un margen significativo.
Se descuenta que el principal objetivo de Massa es pedir dinero fresco para poder recorrer el último tramo del mandato de AF sin una debacle de reservas, y a ello se enfocará junto a Máximo Kirchner y al resto de la comitiva durante los tres días que estarán en la ciudad de Shanghái.
Está previsto que haya varias reuniones con ejecutivos de las empresas China Gezhouba Group Corporation, Power China, Tibet Summit Resource y Ganfeng Lithium, entre otras, todas en busca de cerrar acuerdos de inversión en energía y minería. Massa también estará en la cumbre de los países BRICS, en la sede del Nuevo Banco de Desarrollo.
Pero las críticas están superando a las expectativas. La primera desaprobación se enfocó al mismo traslado de Massa, Máximo y sus colaboradores ya que superó las 40 horas y se transformó en el viaje con un avión presidencial más largo y oneroso de Argentina.
Uno de los críticos fue el exministro Alfonso Prat-Gay, quien recordó en su cuenta de Twitter que mientras fue jefe del Palacio de Hacienda, realizó sus viajes al exterior en un vuelo comercial. «Incluidas las 4 veces que viajé a China para el G20 de 2016. Cuando no sobran los recursos, el primero en dar el ejemplo debe ser el ministro de Economía», apuntó.
Pero más allá del gasto en el traslado, las principales acusaciones tuvieron que ver con la utilidad del viaje emprendido por Massa.
El economista Carlos Melconián fue categórico al opinar ayer en una entrevista con LN+ que el viaje de Massa es más «político que relevante» porque «el swap chino no corta ni pincha porque los porotos los vas a buscar a otro lado», en referencia a que la negociación decisiva es con el Gobierno de EE.UU.
Por su parte, el exembajador Diego Guelar sostuvo que la visita del ministro de Economía argentino es «un grito desesperado», y agregó que «este juego de ir primero a China para amagar y después a Washington desnuda la precariedad del ministro de Economía», según lo expresó ayer a Cadena 3.
En el mismo sentido, el exdiputado Eduardo Amadeo enfatizó hoy que «la agenda del Gobierno es la agenda de la desesperación» al evaluar la eficacia del viaje a China durante una comunicación con CNN Radio Argentina.
Amadeo subrayó que luego de aislarse el mundo y «de negar la inversión, la estabilidad y la confiabilidad, ahora el agua le llegó al cuello (al Gobierno) y están desesperados».
El exlegislador lamentó que la única preocupación del oficialismo en este momento sea «llegar (al fin del mandato) aún a costa de los argentinos que seremos Gobierno después de diciembre».
«Están tratando de que no haya devaluación, que se puedan renovar los vencimientos de deuda y evitar quedarse sin dólares para importar. Massa ahora está rascando el fondo de la bolsa, a ver si China le permite tener yuanes para poder importar insumos para que las industrias funcionen, medicamentos y elementos de la vida cotidiana», resumió.
Sin embargo, Amadeo advirtió que las negociaciones con China nunca son sencillas y que el gigante asiático «no da nada gratis». A su entender, lo más probable es que las conversaciones que llevará adelante Massa desde hoy darán como resultado el pedido de obras públicas por parte del Gobierno chino.