Buenos Aires, (ANP) – «Oh, yo puedo con un poco de ayuda de mis amigos. Llego lejos con un poco de ayuda de mis amigos. Voy a intentarlo con un poco de ayuda de mis amigos», cantaba Ringo Star con los Beatles, en aquellos años de la década del 60′. El baterista del grupo era el menos dotado vocalmente de la banda, pero se defendía. Algo así pasó con el ministro de Economía Sergio Massa en la última licitación de deuda en pesos. Para poder mostrar un nivel de roll over «aceptable» para el mercado tuvo que apelar a las agencias del sector público.
De acuerdo con datos oficiales del Palacio de Hacienda, en el último llamado de abril el gobierno tenía que afrontar vencimientos por unos $966.000 millones. De ellos, $869.400 estaban en manos de inversores privados, y por lo tanto, era el verdadero objetivo a renovar. Había que convencer a los tenedores de esos títulos que a pesar de la corrida cambiaria y del aumento de la inflación, podían renovar su apuesta por lo que se denomina «riesgo Tesoro».
Economía informó que en el llamado del miércoles 26 de abril se logró un nivel de financiamiento del 120%, porque consiguieron pesos por un total de $1,1 billones. Pero a su vez precisó que solo el 50% fue aportado por el sector privado. La otra mitad la acercaron presumiblemente el Banco Central y la ANSES.
La estimación es la siguiente: Si los privados tenían $869.400 millones y aportaron la mitad de $1,1 billón, se habrían retirado por unos $319.400 millones (869.400 menos 550.000).
Eso implica que sin «la pequeña ayuda de los amigos» en vez de un roll over de 120% tal vez hubiera quedado en un magro 67%, lo que habría llevado al mercado a un incertidumbre más alto del que ya se viene produciendo por la falta de dólares del Banco Central.
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Hubo un reemplazo de inversores privados por las cautivas agencias del sector público, con una suba de tasas. Lo que indica es que la confianza está mellada y complicará la renovación de mayo que implica otro $1 billón, que también está 90% en manos privadas.
Es presumible que el Tesoro entonces trate de suplir la deficiente demanda de los privados apelando a más deuda intraestado.
Según indicó el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, Economía recibió «ofertas por un VNO total de $1,5 billones y decidimos aceptar financiamiento por un VNO de $1,15 billones, que representa un valor efectivo de $1,16 billones logrando renovar todo el vencimiento y además, financiamiento neto por más de 193.000 millones de pesos».
Eso implica que tuvo que rechazar el 23% de las ofertas porque evidentemente las tasas de interés reclamadas estuvieron muy por encima de lo que estaban dispuesto a pagar.
Más allá de ello, el 68% de lo colocado obedece a un nuevo bono dual que vence en abril del 2024, es decir, ya con el nuevo gobierno instalado. Es la primera vez que en una licitación normal el gobierno consigue renovar la mayoría de los vencimientos a un plazo superior a los 3 meses.
Según MECON el 50,2% de este financiamiento fue provisto por el sector PRIVADO, mientras que el 49,8% restante, por el sector PÚBLICO.
Si no fuese por lo público… https://t.co/hd4O4GUZoR
— Salvador Vitelli (@SalvadorVitell1) April 26, 2023