La inflación acumulada desde la salida del régimen de Convertibilidad asciende a 23.776% y continuará creciendo en 2023 y 2024, un desempeño suficiente para “tomar conciencia que Argentina enfrenta una hiperinflación moderna”, según el economista Diego Giacomini.
En el último “Semanario Económico” de la consultora Economía & Ética (E^2), que dirige junto a Verónica Sosa, Giacomini dijo que, además del porcentaje señalado, el contexto económico actual del país ya cumple con los requisitos principales de una hiperinflación.
En ese sentido, indicó que “no se conocen los precios, no hay demanda genuina de pesos” y “algunos eligen no vender porque no saben a qué precios reponer”.
“De hecho, la noción de que Argentina está en hiper inflación queda más al descubierto cuando se aprecia que todo esto se da con cepo y con todo tipo de controles que impiden que los argentinos se dolaricen”, planteó, además de advertir que “la AFIP y el BCRA castigan a los privados que se dolarizan, tanto tributariamente como a nivel productivo negándoles acceder al MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) y comprar insumos, bienes intermedios y de capital”.
Giacomini argumentó que “si todo este aparato represivo no existiera, la demanda de dinero se desplomaría y tanto el tipo de cambio como el nivel general de precios subirían muy significativamente y la hiper nadie la negaría”.
“Si esto no es una hiper moderna, ¿la hiper dónde está?”, preguntó, al tiempo que fustigó a muchos de sus colegas al sostener que “los economistas que dicen que esto no es una hiper son parte del problema, porque negándolo son socios de los políticos, únicos responsables ya que son quienes cobran el impuesto”.
En el análisis de la coyuntura actual, destacó que luego de la desaceleración de noviembre y diciembre “la inflación ha dejado de bajar” y que lo mejor que STM (por el ministro de Economía, Sergio Tomás Massa) tenía para dar, ya lo dio”.
Al respecto, aseguró que “la inflación encuentra un nuevo piso más elevado que no puede perforar, y lo más probable es que se vuelva a acelerar en el futuro no lejano; especialmente en la segunda mitad de año desde julio y agosto en adelante con el ciclo electoral”.
“Massa hace crecer los pasivos monetarios totales y cuasi fiscales como nadie, lo cual significa inexorablemente más inflación a largo plazo”, remarcó, por lo que “la inflación de 6% de enero no puede sorprender a nadie, ya que es el mismo piso ‘sólido’ que se sostiene hace un año”.
Además, en tanto no se corrija la distorsión de precios relativos, esa será una tarea también para el próximo gobierno, “con lo cual en 2024 habría
probablemente más inflación que en 2023, que a su vez tendrá más inflación que en 2022”, anticipó.
En este contexto, Giacomini planteó “dos ejercicios para poner el problema de la inflación futura de corto plazo en orden de magnitud”.
En el primero, si la diferencia de inflación entre enero de 2023 y el mismo mes de 2022 se mantuviera a lo largo todo el año, mes tras mes, “la inflación promedio mensual sería 7,9% y la inflación interanual cerraría en 148,1% en diciembre 2023, registrándose un aumento de 53 puntos porcentuales con respecto a diciembre de 2022”.
En el segundo ejercicio, con una diferencia de inflación en disminución que se ubicaría en un promedio mensual del 6,7% (un punto porcentual más que en 2022), “la inflación interanual cerraría en 118,1% en diciembre de 2023, registrándose un aumento de 23 puntos porcentuales” respecto al año pasado.
Si bien admitió que aún “no se puede saber el ‘numerito’” de la inflación de todo 2023, Giacomini manifestó que “la realidad es probable que se ubique más cerca de 148% que de 118%”.