BUENOS AIRES (ANP).- La flamante presidenta de Perú, Dina Boluarte, dijo hoy en Lima durante la ceremonia de su asunción que su país está frente a la oportunidad de reorientarse para buscar la mejor salida y de hacerlo en colaboración con todas las fuerzas políticas peruanas, sin descartar ninguna posibilidad, entre ellas la del adelantamiento de las elecciones que están reclamando algunos sectores.
La postura de la hasta ayer vicepresidenta de Perú quedó claramente planteada cuando declaró su tajante rechazo a la decisión que había tomado el presidente Pedro Castillo al «perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso», a la que calificó sin duda de «golpe de Estado». Atrás había quedado su promesa de renunciar y retirarse junto con Castillo si alguna de las tantas mociones de vacancia que el mandatario enfrentó prosperaba y era removido de su cargo.
El mensaje de Boluarte parece el mejor posible dada la crisis institucional que venía golpeando al país desde hace meses, porque puso paños fríos justo a tiempo, luego del convulsionado miércoles que vivieron los peruanos, cuando se desencadenó lo que se palpitaba desde hacía tiempo. Tras meses de conflicto y varios intentos de juicio político, el ahora exmandatario Pedro Castillo echó mano de lo que se le ocurrió para frenar un nuevo intento de destitución y disolvió el Congreso. Un mal paso que allanó el camino a su detención.
Las expresiones de apoyo a las primeras declaraciones de la nueva mandataria no se hicieron esperar. El titular del Tribunal Constitucional, Francisco Morales Saravia, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, elogiaron las palabras de Boluarte y celebraron que hubiera prevalecido la democracia. También la Unión Europea expresó su apoyo a Perú y a su nuevo Gobierno. Hasta la Cancillería argentina emitió una tibia declaración en la que expresó la preocupación de Argentina por la crisis política en Perú y, si bien no manifestó un respaldo efusivo, sí hizo un llamado «a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional».
Lo cierto es que una cosa son las palabras y otra muy distinta los hechos. Boluarte arranca con el mérito de haber enviado un mensaje componedor y respetuoso de la democracia, y también con la ventaja simbólica que le da el título de ser la primera mujer en ocupar la presidencia de su país.
Pero cuando pase la euforia del primer momento, a Boluarte le quedará el dilema de ceñirse a la ideología que la condujo al poder de la mano de Pedro Castillo, o de intentar un giro hacia una «izquierda democrática», un concepto que hace algún tiempo ella admitió públicamente que prefiere.
Todo indica que la nueva presidenta intentará el experimento de una izquierda moderada, que se aparte del fundamentalismo y de las dádivas populistas, pero que a la vez conduzca a un bienestar social y a una prosperidad que hasta ahora el mundo solo ha visto en los países con sistemas capitalistas.
Boluarte tendrá en contra varias desventajas si lleva a cabo su propósito. En primer lugar, un amplio sector de la izquierda de su país que no entiende ni sabe cómo hacer política dialogando con el oponente, pero también tendrá la presión del propio sistema político de Perú, que prevé mecanismos que facilitan el enjuiciamiento y destitución de mandatarios, al punto que el uso de la moción de vacancia ya es moneda corriente. Prueba de ello es que en los últimos diez años los peruanos cambiaron siete presidentes, siendo varios de ellos destituidos, acusados de corrupción, orillados a renunciar e incluso, encarcelados.
La otra gran desventaja que le jugará en contra a la presidenta entrante es la poca paciencia de la población peruana, que no parece dispuesta a esperar a que se complete el período presidencial para ver resultados tangibles.
Dina Boluarte habló de unidad y de diálogo desde el minuto cero tras la destitución de Castillo, y de la posibilidad de sacar a Perú de su crisis y llevarla a la prosperidad siempre siguiendo los lineamientos de la izquierda. Ahora tendrá la oportunidad de probar su teoría, y tendrá que hacerlo rápido.