El stock de Letras de Liquidez (leliqs), uno de los instrumentos con los que el Banco Central intenta esterilizar la circulación monetaria, creció en las últimas dos semanas $506.492 millones, al pasar de $4.945.039 millones el 1 de junio al nivel récord de $5.451.531 el pasado jueves 15, último día de registro oficial.
El incremento del stock del las letras, que en 2019 el candidato presidencial Alberto Fernández había prometido desactivar para pagar medicamentos a los jubilados, fue del 702,47% desde el día de su asunción, si se tiene en cuenta que el 10 de diciembre de ese año había quedado en $679.345 millones, un nivel impensado en la actualidad en la que el aumento mensual amenaza ser superior a ese monto.
Ese crecimiento representa un peligro adicional luego del anuncio de la suba de 300 puntos básicos (tres puntos porcentuales) en la tasa de Leliqs a 28 días, con un 52% de Tasa Nominal Anual que supera en 14 puntos al nivel vigente hasta marzo.
De esta forma, la suma de la base monetaria y el stock de leliq alcanzó a $9.367.968 millones. Si a ese monto se los suman los $551.163 millones de pases, el total de pasivos del Banco Central se acerca a los 10 billones de pesos: exactamente $9.919.131 millones.
El aumento de la denominada «bola» de pasivos contrasta con el descenso que vienen registrando las reservas internacionales, en el marco de la necesidad de un incremento para cumplir con las metas que al respecto se habían convenido con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con un total de reservas brutas de US$ 40.900 millones, la relación pasivos/reservas se ubica en 242,52 pesos por dólar, pero esa ratio sería mucho mayor (en el mejor de los casos superior a los 1.000 pesos) si sólo se consideraran las reservas netas, una cuenta difícil de realizar en tanto no hay un consenso unánime para determinar su nivel.