Desde el 10 de diciembre del 2019 hasta el 26 de abril de este año, el Índice de Tipo de Cambio Real elaborado por el Banco Central bajó 21%. El Índice tiene en cuenta la variación en el tipo de cambio oficial, las variaciones de precios en Argentina y las variaciones de precios de nuestros socios comerciales para medir si los bienes que produce nuestro país se están encareciendo o abaratando en relación con los de otros países.
“Lo preocupante es que esta apreciación es artificial ya que surge de las intervenciones discrecionales del Banco Central en el mercado”, resaltó al respecto la Fundación Libertad y Progreso.
En ese sentido, indicó que la autoridad monetaria “endureció el cepo cambiario y utilizó las reservas internacionales para mantener un tipo de cambio artificialmente bajo” y como resultado “las reservas internacionales propias del BCRA cayeron desde US$ 13.259 millones en diciembre del 2019 a US$ 76 millones en marzo de este año (tras lo cual fueron reforzadas por los desembolsos del FMI)”.
Asimismo, remarcó que “desde el 10 de diciembre del 2019, las intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios hicieron que el tipo de cambio oficial subiese muy por debajo de la inflación”, al punto que “el dólar oficial aumentó 91,9%, mientras que la inflación en ese período fue de 138,5%”, en tanto “el tipo de cambio no regulado tuvo un incremento de 188,6%, dando cuenta de las distorsiones que ha introducido el Banco Central en el mercado oficial”.
“No hay margen para seguir apreciando artificialmente al tipo de cambio ya que el colchón que había para hacerlo se esfumó en el Plan platita electoral del 2021”, advirtió el economista de LyP, Diego Piccardo, para quien “ahora llegó la hora de pagar la fiesta con una aceleración en el ritmo del crawling peg que emparde, aunque sea, la tasa de inflación”.
Piccardo agregó que “lo crítico de la situación es que este acomodamiento gradual del dólar se da en simultáneo con otros ajustes de precios regulados como son las tarifas, combustibles, y precios congelados que se mantuvieron pisados en el segundo semestre del año anterior”.
El economista sostuvo que “la situación política tampoco ayuda” debido a que el ministro de Economía, Martín Guzmán, “no tiene apoyo político de su partido para encarar un ajuste fiscal con credibilidad”, algo que “se ve claramente con el tema tarifario en donde los funcionarios que responde a Cristina Kirchner le ponen palos en la rueda a su superior”.
Por su parte, Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación, dijo que “desde el gobierno está habiendo cada vez más intervencionismo sin resultados”.
“Intentan controlar el tipo de cambio, los precios, las cantidades que se exportan y se importan. Pero todo el sistema está destinado a no funcionar, ya que ninguna de esas variables es definida exclusivamente por el Estado. El gran problema es que esa política económica genera costos para todos los argentinos, desincentiva la producción y la inversión. Lo que se traduce en trabajadores menos productivos y mayor pobreza”.