La industria juguetera argentina está altamente protegida por aranceles, licencias no automáticas y otros tipos de recursos legales. La producción local está concentrada en tradicionales juegos de mesa y materiales de madera y plástico. La oferta de juguetes de alto desarrollo tecnológico se complementa con la importación.
De acuerdo con datos de la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines (AADEJA), el 40% del mercado local es abastecido por la industria nacional el 60% por la importación. Este sector es el que ha sufrido más notoriamente las restricciones del Banco Central para la importaciones de bienes finales, debido a la escasez de dólares.
«Tras años de distintas políticas que no han sido fructíferas cabe preguntarse: ¿por qué un niño en Argentina accede a un juguete importado con un arancel del 35% mientras que en el resto del Mercosur es el 20%? La respuesta está en el Decreto 911/21, en su artículo 6, anexo VI, que mantiene hasta el 31/12/28 el nivel arancelario del 35% (máximo consolidado por el país ante la OMC) para el sector Juguetes, mientras que en el resto de Estados Miembro del bloque el nivel es del 20%.»,señala la cámara empresaria en un informe.
Empresarios de la entidad señalan que “esta diferencia impacta directamente sobre los costos y en el precio al consumidor local que contarán con menores posibilidades que los de Brasil, Uruguay y Paraguay para el acceso, adquisición y uso de productos del sector, dado que las diferencias arancelarias mencionadas, provocan un significativo aumento del precio final».
«Incluso a nivel empresario, este impacto ocasionara que algunas empresas decidan no importar esas novedades pues entienden que sus objetivos de venta no se cumplirían por el elevado precio de venta”, advierten desde la entidad.
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La industria nacional, tiene algunos beneficios como los máximos aranceles a la importación, licencias no automáticas y el tratamiento discrecional al momento de solicitarlas aduciendo su carácter de “sector sensible”, a pesar de lo cual «continúan operando sin el nivel esperado de competitividad o productividad», señala la entidad.
En cuanto a la mercadería importada se le aplican normas y requisitos técnicos de cumplimiento inexcusable para su liberalización aduanera y posterior comercialización, asegurando de este modo la calidad y seguridad del producto.
La entidad empresaria propone al respecto:
1. Alinear el AEC con los restantes miembros del Mercosur, siendo este de un 20%, rectificando por lo tanto el Decreto 911/21, artículo 6 anexo VI.
2. Constituir un Grupo de Trabajo entre representantes del sector oficial, Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) y AADEJA para verificar en detalle la situación del mismo en lo relativo a la posible producción, identificación de productos no factibles de producción local , cantidad real de empleo afectado al sector productivo, nivel de empleo en el sector comercial, y otras características, para que se pueda disponer de un perfil real, actualizado y sostenible del sector en el país.
“En todo el mundo conviven sin inconvenientes productos de fabricación local como importados” finalizan desde AADEJA.