Buenos Aires, nov 6 (ANP).- Pasaron 18 años desde que María Marta García Belsunce fue hallada sin vida en su casa del country El Carmel, dando comienzo al más grande enigma policial de Argentina: quién la asesinó, por qué la familia limpió la escena del crimen, cómo fue que ninguno de los médicos de emergencia advirtió los orificios de bala en su cabeza y -quizás el mayor interrogante de todos- por qué. Por qué la querida y respetada socióloga tenía que morir. El móvil del crimen sigue siendo un rompecabezas al parecer sin solución.
Casi dos décadas después, cuando se espera el inicio de un nuevo juicio en el que ahora se apunta al vecino Nicolás Pachelo y al móvil del robo, Netflix presentó ayer la esperada docuserie sobre el caso que obsesionó a la sociedad argentina por años.
Dirigido por Alejandro Hartmann y producido por Vanessa Ragone, “Carmel ¿Quién mató a María Marta García Belsunce?” presenta los testimonios del esposo, hermanos y amigos de la víctima, muchos de ellos bajo sospecha no sólo del entonces fiscal Diego Molina Pico, sino de la opinión pública.
El documental no toma partido por ninguno de los testigos, cada uno cuenta su historia y sus vivencias desde aquel terrible domingo 27 de octubre de 2002, cuando María Marta interrumpió su partido de tenis con amigas debido a la lluvia y regresó a su casa del country antes de lo previsto para esperar a la masajista.
La primera sorpresa de esta producción es el protagonismo del mismo esposo, Carlos Carrascosa, el exitoso trader de los ’90 que amasó una cuantiosa fortuna que le permitió retirarse al cumplir los 50 años. Carrascosa fue acusado y condenado por el asesinato, pero fue absuelto tras cumplir ocho años de prisión. Es que su perfil genético no aparece en los rastros de sangre hallados en la escena del crimen.
Dieciocho años más tarde, Carrascosa se monta en su camioneta para llevar al espectador a recorrer la casa donde todo pasó, que permanece desocupada y cerrada desde entonces. Es un viaje al interior de este caso apasionante contado nada menos que por quien es sindicado como, si no ejecutor, al menos cómplice.
La descripción de las inconsistencias en las declaraciones de entonces, y las remembranzas de Molina Pico sobre los convulsionados días en que el caso estuvo en el candelero, es otro de los puntos fuertes de Carmel. El ex fiscal hace un racconto escalofriante de los signos de un encubrimiento liso y llano que todavía lo hace sospechar del entorno familiar.
La mirada de las amigas aporta a su vez elementos para pensar en la pista del lavado de dinero, maniobras que se habrían llevado a cabo desde las cuentas bancarias de la fundación Missing Children Argentina, de la que María Marta era vicepresidenta y que en algún momento habría descubierto. Su compromiso con las denuncias por secuestro de niños en la provincia de Buenos Aires y las amenazas que recibía a menudo por eso, es otra línea de investigación sugerida por el propio Carrascosa.
“Carmel ¿Quién mató a María Marta García Belsunce?” por supuesto no responde la gran pregunta que todavía se hace Molina Pico, pero sí plantea todas las voces y los hechos oscuros, para que cada cual saque su conclusión. En el documental, lamentablemente, faltaron dos testimonios clave: el vecino Pachelo, quien pronto se sentará en el banquillo para responder a la Justicia, y Susan Murray, la fundadora de la ONG Missing Children. Ambos se negaron a participar aunque muy pronto se los escuchará en el nuevo juicio previsto para agosto, que fue pospuesto por la pandemia, donde contarán su verdad en esta historia todavía inconclusa.