Buenos Aires, jul 25 (ANP)- La superficie sembrada de girasol para la campaña 2020/21 alcanzaría a 1.800.000 hectáreas, un 12,5% más que en la anterior y un 8,2% mas que el promedio de los últimos cinco años, debido a una mejor relación insumo/producto y en los precios de la oleaginosa, además de buenas perspectivas climáticas para su cultivo.
Los datos recogidos por el Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales “reflejan una clara intención de expandir área, explicada principalmente por una favorable relación insumo/producto”.
Asimismo, destacó “las perspectivas climáticas que anuncian un año niña (es decir, con precipitaciones acumuladas por debajo del promedio), bajo las cuales el girasol presenta un mejor desempeño en comparación a otros cultivos de verano”.
El principal demandante de esta oleaginosa es la industria molinera que en las últimas cinco campañas fue el destino del 90% de la producción, con el aceite como el principal producto, al punto que contribuye casi excluyentemente a la formación del precio del grano.
“El resto, principalmente harina de proteína vegetal, se vende como insumo forrajero y tiene menor impacto en su cotización”, indicó la Bolsa de Cereales en su Panorama Agrícola Semanal.
Al respecto, el precio FOB del aceite de girasol en los puertos argentinos promedió US$ 758 por tonelada en la primera mitad de
julio, el valor más alto registrado en los últimos tres años, un 6% más que en el mismo período del año pasado.
“Por su elevada correlación, los precios del girasol muestran el mismo comportamiento que el aceite y se ubican por encima de los valores registrados en el mismo período de la campaña anterior”, puntualizó la Bolsa, que tomó como ejemplo el precio de la Cámara de Bahía Blanca y el tipo de cambio vendedor del Banco Nación.
En ese caso, en julio el girasol promedió los US$ 246 por tonelada, un 11% por encima de los US$ 222/ tn que promediaba en julio del año pasado.
En cuanto a los costos, si bien en las últimas campañas se observa una tendencia a la disminución de los precios de los insumos claves para la producción del cultivo, “en la campaña vigente esta reducción se profundizó”, resaltó el informe.
Al respecto, precisó que los insumos relacionados con el precio del petróleo registraron considerables bajas como el caso de
combustibles (-18 %), urea (-13 %) y fosfato diamónico (-13 %).
“Se observa una mejora en la relación insumo-producto respecto a la campaña previa e incluso al promedio de las últimas cinco campañas”, remarcó.
Los resultados preliminares indicaron que en el norte del país, principalmente el NEA, ante una mejora de la humedad superficial durante la ventana de siembra se espera una importante recuperación de área no solo por una mayor intención de siembra, sino también por una mayor oferta de lotes que inicialmente estaban destinados a la siembra de trigo y por falta de humedad hasta ahora no pudieron ser incorporados en la rotación.
Sobre los núcleos productivos de Buenos Aires y La Pampa, la oleaginosa se perfila a expandir el área debido fundamentalmente a incentivos de precios favorables para su producción.
No obstante, si bien el escenario se muestra alentador, la actual proyección de superficie queda sujeta principalmente a la evolución de variables climáticas y de mercado durante la ventana de siembra, la cual va desde principios de agosto hasta mediados de septiembre en las regiones agrícolas del centro y norte del país, y
se reactiva a partir de octubre en los núcleos girasoleros del sur extendiéndose hasta principios de diciembre.