Buenos Aires, jun 17 (ANP)- El bajo nivel de reservas internacionales y la persistencia de una amplia brecha entre el dólar oficial y sus variantes libres muestran un panorama similar al de fines de 2015 y, como en aquella ocasión, “pareciera que vamos a seguir el mismo camino”, con una nueva devaluación del peso.
Así lo sostuvo hoy la Fundación Libertad y Progreso en un informe en el que cuestionó la efectividad de las medidas de “cortísimo plazo” que tomó el Gobierno, a través de diferentes organismos, para bloquear el acceso al mercado de cambios formal.
Al respecto, indicó que “el gobierno ha decidido intensificar los controles cambiarios obligando a los importadores que tenían dólares líquidos en el exterior a utilizarlos al momento de realizar sus importaciones”.
LyP criticó las medidas por ser “de cortísimo plazo” además de “generar otros problemas”, ya que “se les obliga a las empresas que habían logrado generar activos en dólares para protegerse de la inflación a comprar al dólar paralelo mientras que el resto lo seguiría haciendo con el dólar oficial”.
“De esta manera el BCRA busca cuidar sus reservas sacrificando la de los productores que pudieron y supieron ser precavidos”, aseguró.
Asimismo, señaló que de esa forma “se genera desabastecimiento en ciertos sectores porque se detienen ventas de productos que se utilizan en procesos productivos”, como fertilizantes o agroquímicos.
“Si el 2015 terminó con una devaluación debido a una brecha alta y la caída de las reservas internacionales netas, lamentablemente con brecha más alta y escasas reservas pareciera que vamos a seguir el mismo camino”, advirtió.
Al respecto, precisó que en mayo “la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el contado con liquidación llegó a niveles preocupantes” del 73,25%, en tanto “el bajo nivel de las reservas internacionales netas es alarmante”.
“Hoy, el panorama continúa complicado ya que la brecha cambiaria en el promedio de junio supera el 66% y las reservas netas internacionales se ubican en torno a los US$ 7.500 millones”, puntualizó.
En un repaso de las oscilaciones en la política monetaria y cambiaria de los últimos años, LyP recordó que entre 2012 y 2015 la Argentina “convivió con niveles elevados de brecha mientras que al mismo tiempo las reservas internacionales netas entraban en caída libre”.
En ese contexto, apuntó que “a principios del 2014 se produjo una devaluación que redujo la brecha sustancialmente, pero está volvía a incrementarse meses después”, en tanto “en enero 2016 se observa un punto de inflexión que se logró mediante un sinceramiento del tipo de cambio, pero sus efectos fueron de corto plazo para volver a colapsar en agosto del 2019”.
“Durante este período las reservas internacionales netas se recuperaron obteniendo un pico en febrero de 2018 siendo las más altas desde el 2012”. Indicó, al tiempo que “la brecha cambiaria se volvió prácticamente inexistente por tener un tipo de cambio sin estar preso del cepo”.
Sin embargo, a partir de septiembre de 2019 “la brecha fue creciendo y las reservas internacionales netas se desplomaron hasta nuestros días”.