Buenos Aires, may 14 (ANP)- Doscientas veinte familias de los barrios porteños  Carlos Mugica, Alvarado y Playón de Chacarita podrán mudarse a sus nuevas viviendas tras firmar las correspondientes escrituras sociales, a pesar de las restricciones de la cuarentena.

La operación fue posible por el convenio del Colegio de Escribanos y la Secretaría Legal y Técnica del Gobierno de la Ciudad, llevado a cabo “en tiempos de coronavirus y con todo el protocolo sanitario”, remarcó la entidad notarial.

Al respecto, señaló que “abril habrá sido el mes más drástico en la baja de escrituras de compraventa”, coronando una seguidilla de 23 meses de caída interanual, pero con “un dato positivo” para rescatar ya que a su vez “fue uno de los registros con mayor escrituración de viviendas sociales”.

Esas escrituraciones, indicó, “se dan en el marco de Regularización Dominial de la Ciudad de Buenos Aires, en un trabajo conjunto con el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y la Secretaria de Integración Social y Urbana (Secysyu)”.

Con esos actos notariales se permitió la mudanza de 220 familias a los barrios Carlos Mugica (31), Alvarado (Barracas) y Playón de Chacarita (Fraga), con “honorarios profesionales muy reducidos en acuerdo con la Secretaria Legal y Técnica, mediante un proceso de
adquisición de viviendas en el marco del programa de Regularización Urbana y Dominial sobre barrios y asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires”.

“Ante la coyuntura extrema de la pandemia mundial generada por el COVID-19, los escribanos no somos ajenos a estas circunstancias. Salir de una condición de hacinamiento y acelerar un proceso de mudanza para generar condiciones de hábitat más saludables, fue una medida acertada”, dice Virginia Olexyn, consejera del Colegio de Escribanos de CABA y coordinadora del plan de escrituraciones de los barrios.

Al respecto, indicó que “para proceder con la firma de las escrituras que permitieron el acceso a nuevas y mejores condiciones de un techo familiar, se respetó un estricto protocolo de higiene y seguridad que incluyó entre otras medidas, el uso de barbijos, guantes, control de temperatura en el ingreso al lugar, uso personal de lapicera para cada firmante”.

“La regularización dominial puede cambiar la vida de millones de familias que viven en villas o asentamientos precarios. Esto,  acompañado de otras políticas públicas, permite generar una transformación social profunda. La participación de profesionales del derecho es fundamental para ayudar a resolver los complejos problemas legales acumulados a lo largo de los años, en estos
asentamientos”, completó.
Por su parte, el presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Allende, apuntó al “fortalecimiento de la seguridad familiar que le da una escritura firmada y confeccionada por un escribano”.

A diferencia de otros países de la región en donde se caracteriza un proceso de titulación masiva con menos calidad de esos títulos de propiedad, en la Argentina se optó por “la figura del escribano para dar una mejor calidad de ese título de propiedad, que sólo lo confiere una escritura. Estamos orgullosos de este trabajo en conjunto y convencidos de la dimensión social de este proceso”, finalizó.

 

Por NP