Buenos Aires, abr 16 (ANP)- Las condiciones financieras acusaron en marzo uno de los deterioros “más rápidos de los que se tenga registro”, que se reflejó en el peor desempeño desde la crisis de 2008, con caídas tanto en el plano local como el externo, de acuerdo con la evaluación difundida hoy por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
La entidad dio a conocer el Índice de Condiciones Financieras (ICF) correspondiente al mes pasado, en un informe en el que alertó sobre el impacto negativo que tendrá sobre la actividad económica, que espera que seguirá cayendo “durante la mayor parte del 2020 y en mayor cuantía que lo previsto”.
“Como consecuencia de la expansión del Coronavirus, el mundo entró en recesión global por primera vez desde 2009”, apuntó IAEF, que al respecto señaló que “la imposición de cuarentenas y el cierre de fronteras para preservar a la población afectaron fuertemente a la economía a escala mundial”, por lo que cabe esperar “una recesión más fuerte que en 2009”.
En ese contexto, el ICF se deterioró 182,8 puntos mensuales en marzo, ubicándose en -268,3 puntos, el deterioro más rápido desde octubre de 2008, cuando se había producido la caída de Lehman.
El ICF es elaborado para el Instituto por la consultora Econviews, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel.
El índice mostró deterioros tanto en el plano externo como en el local. En el primer caso, con la realidad subyacente del coronavirus, impactó negativamente el desacuerdo entre Rusia y Arabia Saudita en los recortes a la producción de petróleo, en tanto en el escenario interno primó el aumento en el riesgo país y legislación.
“Las condiciones locales ya acumularon una seguidilla de 22 meses en zona de estrés y al igual que en el caso del subíndice externo, el 50% de las variables están estresadas severamente, destacándose el riesgo país, el riesgo legislación y la confianza en los bancos”, destacó IAEF.
Como atenuante, remarcó que “los bancos centrales mundiales reaccionaron de forma sincronizada implementando baja de tasas y estímulos monetarios masivos para sostener a la economía, en un contexto de fuerte aversión al riesgo”.
“El mes de marzo fue uno de los peores de la historia en cuanto a la rapidez con la que escaló la crisis global desatada por el Coronavirus. El impacto económico es aún difícil de estimar ya que por el momento se desconoce una cura para la enfermedad, y como único paliativo se están implementando medidas masivas de aislamiento de la población. A su vez, la persistencia del shock es desconocida”, indicó IAEF en su análisis.
En el plano local, el Instituto precisó que “las condiciones financieras ya permanecen en zona de estrés desde septiembre 2018, cuando Argentina había sufrido una crisis cambiaria y de balance de pagos que actualmente se tradujo en una crisis de deuda”.
En marzo, recordó el Instituto, “el riesgo país se incrementó 1.521 pbs y cerró en 3.803 pbs, las reservas internacionales se redujeron US$ 1.229 millones y los depósitos en moneda extranjera del sector privado cayeron US$ 427 millones, acelerando su disminución”, en tanto “la brecha del dólar oficial con el contado con liqui se incrementó desde 32% hasta 35%”, todas variables que vienen teniendo deterioros aún más pronunciados en lo que va de abril.
De esta manera, las condiciones locales profundizaron el estrés hasta ubicarse en -151.3, “un nivel similar al de septiembre del año pasado, tras conocerse los sorpresivos resultados de las PASO”, puntualizó, para rematar alertando que “hay que retrotraerse a la crisis del 2001 para encontrar un nivel de estrés mayor que el actual”.
La importancia del ICF fue advertida por la entidad debido a su correlación con la actividad económica.
Al respecto, señaló que “la economía argentina siempre creció en forma sostenida cuando las condiciones financieras se mantuvieron en zona de confort durante un lapso prolongado”.
En consecuencia, indicó que “ante el reciente colapso tanto de las condiciones externas como locales, cabe esperar que la actividad económica siga cayendo durante la mayor parte del 2020, y en mayor cuantía que lo previsto, ya que al contexto recesivo local se sumó un peor escenario global”.