Buenos Aires, ene 4 (ANP).- El 4 de enero de 2010 Roberto Sánchez -conocido como Sandro, El Gitano y Sandro de América– dejaba este mundo después de perder una batalla de doce años contra un enfisema pulmonar que lo fue alejando paulatinamente de los escenarios. En diciembre de 2009 se sometió a un trasplante de corazón y pulmones pero no pudo recuperarse y falleció de un shock séptico a las 20.40 de aquel lunes, el peor lunes para sus “nenas”, las admiradoras que lo idolatraron a lo largo de cuatro décadas.
Fue el padre del rock local, uno de los máximos referentes de la canción romántica latinoamericana y un enigma detrás de escena. Dueño de una presencia arrolladora y de una voz poderosa, fue el primer artista masculino en Argentina en mostrar un costado sexy para el público femenino.
Como cantante, su talento no admite discusión pero sí sus películas que, aunque taquilleras en su momento, supieron ser de lo más bizarras, salvo alguna honrosa excepción. Por eso vale una selección de sus canciones más románticas y también de las peores películas en las que, sin embargo, se puede disfrutar de su arte y de su increíble magnetismo.
Lo mejor
“Penumbras”. Según un informe de Telefe Noticias, ésta era su canción preferida, inspirada en una de sus novias, la Miss Argentina Amanda “Yoli” Scuffi.
“Porque yo te amo”. Se dice que a Sandro no le gustaba este tema porque nació de un amor prohibido que él padeció y del que nunca quiso dar detalles. Quizás por eso sea uno de los más trágicos de su repertorio.
“Así”. Fue otra de sus canciones favoritas y recurrente en sus presentaciones, que formó parte de la banda sonora de la película “Subí que te llevo”.
“Rosa Rosa”. La historia oficial dice que Sandro eligió ese nombre femenino para comparar a la mujer con una rosa, flor que se convirtió para siempre en su sello. Otros dicen que nació como un juego, cantándole a una empleada de un productor.
“No me dejes, no”. Fue uno de los temas de la película “El deseo de vivir”. Aunque el film no es de los mejores, la interpretación que hace de esta canción es realmente potente.
Lo peor
El deseo de vivir (1973). Fue una de las pocas películas que hizo donde su personaje no se llamaba Roberto Sánchez. Aquí compone a un atormentado deportista que cree padecer una enfermedad terminal, lo que lo lleva a transitar las situaciones más cómicas, aunque ciertamente la idea era hacerlo dramático.
Siempre te amaré (1971). Aquí personifica a un insufrible corredor de autos que queda ciego y paralítico en un accidente. No sabemos qué es peor: si el espantoso guión, la poca dicción de la protagonista, o la cura milagrosa de nuestro héroe. Alfredo Casero hizo una divertida parodia con esta cinta absurda.
Operación Rosa Rosa (1974). Chistes patéticos, escenas de acción mal actuadas y un villano que aburre mucho es la síntesis de esta pésima comedia de agentes secretos.
Quiero llenarme de ti (1969). Acompañado por Marcela López Rey, interpreta a un exitoso cantante que se pelea con su novia por una pavada y sin que entendamos cómo ni por qué, se reconcilia con ella. Para el olvido.
Muchacho (1970). En sí, el argumento no es tan malo, pero la teatralización de “Trigal”, el cabello despeinado que exhibe la protagonista todo el tiempo y el baile horrendo del final hacen que esta película deba cerrar la lista de desaciertos cinematográficos del inolvidable Sandro.